Cartografías Silenciadas, trabajo realizado por la artista Ana Teresa Ortega, producido y expuesto por la Universidad de Valencia, en el 2007, llega ahora a la sala de exposiciones del MUA. La Universidad de Alicante se hace eco de un trabajo artístico basado en la documentación y la memoria de los espacios de reclusión y el funcionamiento de las estructuras de poder, de represión, en la guerra española hasta 1962. Un trabajo desde la mirada de una artista plástica, visual, con una trayectoria importante. Sorprende gratamente ver esta exposición en la Universidad de Alicante, porque aunque no la haya producido, ni gestionado, la incluye en su programación. Esperemos que sea un estímulo para intentar crear el ambiente cultural y el tejido necesarios para que trabajos como este, de raigambre académica pero también artística, sean no solo importados sino producidos por nuestra universidad. Donde tienen plena justificación y la justifican como institución. Una investigación desde los instrumentos de documentación y análisis del presente, que cuestiona cómo fue nuestro pasado, pero también cómo es nuestro presente, cuál es nuestra memoria, cómo hemos asimilado nuestra historia.
En las fotografías que nos muestra Ana Teresa Ortega los temas relacionados, resultado de una investigación sobre la historia de la represión franquista, están tratados con la debida coherencia e importancia.
Las imágenes, muy bien construidas desde la visión de los volúmenes, superficies, espacios, tienen la potencia de la actualidad y de la referencia a ese pasado. Hubo espacios carcelarios, de represión, en las plazas de toros, en los huecos entre las antiguas murallas de los castillos, pero hoy los transitamos sin señales de este pasado, apenas quedan vestigios de los muros de fusilamiento. Es clave en la tradición de la modernidad que la mirada de el/la artista confluya con la de la revisión de la memoria.
En la línea de la fotografía alemana, Bernd & Hilla Becher, la imagen nos habla de ese pasado, arqueología arquitectónica, haciéndonos revivir cuando aquello formaba parte de la vida diaria de una sociedad, evidenciando que hoy son espacios de otra realidad. Nos plantea las causas de la guerra y sus efectos en nuestra memoria. El trabajo investigador adquiere otra dimensión que supera lo testimonial. Las imágenes tienen el valor de este análisis que aúna los principios del arte con los de la investigación más académica, haciendo visible la dimensión social más inmediata, la relación entre las diferentes disciplinas del conocimiento: arte, historia, ciencia?. Ortega nos muestra que el arte, la cultura, es algo muy serio, cuando lo hace alguien con criterio y con medios.
