Ni toro ni oro, a la vista del panorama que se cierne sobre esta España insólita, asombro de Europa y aledaños, ante la rocambolesca situación en torno a las cosas de la gobernabilidad. Parece como si la vieja máxima, sí, aquella de «España es diferente», puro reclamo turístico en la década de los sesenta, se afanara en revivir en manos e intenciones de la gente que anda en anhelos de poder de la cosa pública. Más que oro reluciente, oralina quincallera se antoja la enrevesada cuestión: perdedores que sacan pecho de ganadores y acoquinados ganadores que se amilanan de manera de lo más lastimera, ¡ay, España! De reformadores y progresistas, enfrascados en arrojar la tremenda carga de corrupta porquería sobre el «otro» y olvidar la propia. Y de paso, a la vera de esa torticera ley de Memoria Histórica, con un ojo tapado, olvidan las dos amnistías habidas cuando la Transición y despiertan al Caín de los demonios nacionales. Ni un euro de la Conselleria para Alicante, una vez más, como con los de antes, discriminación que no cesa, para rehabilitar colegios. Lo que reluce...
Reluce la monumental mejicana, hasta los topes de fervorosos creyentes, para rendir pleitesía a ese José Tomás que apenas se prodiga a cambio de ingentes emolumentos. Eso sí, sin toro que reluzca y aporte categoría a lo que en el ruedo se realice. Y qué más da si el toro es toro o simplemente una triste apariencia. Si así lo quiere la devota legión, así habrá de ser, que no es cuestión de ponerse exigentes con las cosas del ídolo. Faltaría más. Uno no alcanza a siquiera adivinar qué supone la figura de Tomás para el curso normal de la Fiesta. Una táctica de muy contadas presencias de pingües resultados: perfectamente estudiada, planificada y llevada a cabo. En lo que a listeza se refiere, sobresaliente «cum laude», vaya que sí. Lo que reluce...
Ultima Valencia su «fallerada» con apertura de dos corridas de casta exigente, aquí el toro sí reluce, Fuente Ymbro y Adolfo Martín, sin que aparezca nombre alguno de los que se tienen como «fenómenos», pobrecitos, qué susto: ocho corridas de toros, dos novilladas picadas y una de rejones, con Manzanares cerrando feria el 20, ya consumada la «cremá» junto a Castella y «el Fandi». Con Ajalvir y Valdemorillo precursores, en tanto Castellón ofrece juvenil mano a mano entre López Simón y Roca Rey, dos nombres emergentes con, a lo que se adivina, atractivo mensaje que aportar, así como acento alicantino con Manzanares y Andy Cartegena y el otro Manzanares en toreo caballo. A pesar de que no siempre es toro todo lo que «reluce». Alicante. Febrero
