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Marc Llorente

El tablero de la vida

La Loca de la Casa inició andadura con tan solo media entrada en el Principal de Alicante

Reikiavik

Teatro Principal de Alicante

Autor y director:Juan Mayorga.

Compañía: La Loca de la Casa.

Está muy bien iniciar nuevos caminos en la medida de lo posible. Pero no es fácil, por diversas razones, que todo vaya sobre ruedas. El Principal de Alicante se llenó a medias, aunque acudieron exiliados que probablemente seguirán yendo. Y es preciso contar con el público de siempre en la renovadora etapa. Vimos una de las comprometidas obras de Juan Mayorga, uno de los autores contemporáneos con más proyección nacional y fuera de nuestro país. Ha obtenido importantes galardones en su trayectoria, que arrancó a finales de los años 80. Reikiavik se refiere a la capital de Islandia donde tuvo lugar, en 1972, el campeonato del mundo de ajedrez entre el estadounidense Bobby Fischer y el soviético Boris Spasski, jugadores de dos bloques líderes y antagónicos, el capitalista y el comunista, durante la Guerra Fría. Ese amplio periodo, tras la II Guerra Mundial, con tensiones de la posguerra y el enfrentamiento político, económico, social, militar o deportivo, como en este caso. La lucha entre naciones, sin portar armas, y los conflictos generados por la actitud de querer implantar cada uno su modelo de gobierno en el globo. Estos mimbres componen las escenas que Mayorga nos ofrece en esta pieza cuyo director es él. El ágil y sugerente juego interpretativo lo efectúan Waterloo y Bailén, nombres de famosas batallas para personajes que van más allá de sí mismos. «Nunca he sido campeón de nada», asegura el primero. César Sarachu, Daniel Albaladejo y Elena Rayos con el mínimo papel de un muchacho. Y ello mediante el ajedrez, como metáfora, y la evocación de la histórica disputa con las circunstancias que rodearon el torneo. Ambos actores cuentan, recrean y escenifican papeles brevemente, en cadena y sin dar casi respiro al espectador. En el duelo sobresale Albaladejo por su variedad expresiva, sus cambios de ritmo y el poder de su presencia. Sarachu imprime relieve pero de una forma más monocorde. La acumulación textual golpea, y si no entramos en la dinámica se puede uno perder. En fin. Estrategias en el tablero ajedrecístico y de la vida? Ganó Fischer y acabó el reinado soviético. Todo un símbolo.

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