Ha producido una impresión muy negativa la noticia difundida por algunos medios de comunicación social de que unas religiosas del convento de las Madres Mercenarias de Santiago de Compostela estaban viviendo en cautividad en el Convento desde hacía cinco años porque no las dejaban libres para abandonar el convento. El Arzobispado de Santiago de Compostela y las superioras del convento han negado esta noticia, demostrando que estas religiosas no han estado retenidas.

El Arzobispado ha confirmado que estas religiosas estaban viviendo un proceso de discernimiento sobre su vocación, pero esto no tiene nada que ver con una retención forzosa. El Arzobispado aclara que estas mercedarias extranjeras de este convento «viajan cada siete años a sus países de origen por un periodo de dos meses» y regresan después libremente a la comunidad.

Prueba esta noticia con un dato: «Dos de las religiosas, que ahora dejaron el convento, hace año y medio estuvieron con sus familias». El Convento insiste en que en ningún caso se ha retenido forzosamente a ninguna religiosa en la vida claustral porque están allí, en el convento, con toda libertad. Eso sí, aceptando y cumpliendo las normas de vida del convento.

Cualquier religiosa que ha abandonado el convento lo ha hecho libremente, sin verse forzada a permanecer allí ni una hora más en contra de su voluntad. La noticia es interesante porque había producido en España una impresión muy negativa, como si el convento fuese una especie de prisión de mujeres necesitadas.

La mujer que va al convento para vivir su vocación religiosa lo hace libremente. Y así vive feliz todo el tiempo que pasa en el convento.