¿Qué es el cáncer? Esa palabra deriva del latín. Cáncer significa, como el signo del Zodiaco, cangrejo, porque cuando se extiende en un órgano parece que la lesión tuviera patas, como las de ese animal. En realidad es un trastorno en el crecimiento de las células. Todos procedemos de una sola, el huevo o zigoto, que surge de la unión de un óvulo de nuestra madre fecundado por un espermatozoide de nuestro padre. Ese huevo se divide, y se diferencia. Serán millones de células en el momento de nacer (unas 10 millones por cada gramo de peso, y unas serán músculo, otras pulmones, etc.. Pero en el cuerpo hay sistemas que controlan las divisiones, controlan nuestro tamaño, así nadie mide dos metros, o nuestro corazón cincuenta centímetros. Pero puede haber fallos. Si hay mucho estimulo se crece en exceso, es la llamada hiperplasia, por ejemplo si nos roza el zapato en el talón, y se deja de crecer si el estímulo cesa, otras veces se dañan las células, crecen algo alteradas, las llamamos displásicas. Finalmente, el daño sobre el sistema de control del crecimiento permite a las células crecer sin freno, desarrollándose lo que conocemos como cáncer. La primera célula transformada apareció porque un agresor externo alteró sus genes reguladores del crecimiento, los proto oncogenes, trasformandolos en oncogenes e iniciándose la división infinita.

Vida oculta del cáncer y agresores. Pueden pasar años hasta que el tumor alcance un volumen que permita detectarlo. Los agresores pueden ser agentes físicos como los rayos ultravioleta de la luz solar en el cáncer de piel, químicos como el humo de tabaco en el que inhalamos tóxicos para el cáncer de pulmón (realmente es de bronquio) o agentes vivos como el virus del papiloma humano HPV en el cáncer de cuello del útero, o muchos otros como los nitritos presentes en los ahumados de la dieta, o el asbesto usado en construcción. Estos inician el proceso. Luego se activan genes distintos que favorecen el crecimiento o expansión del cáncer y ulteriormente hay genes que favorecen que surjan nuevos vasos o sustancias que destruyen los tejidos y las células cancerígenas se sueltan, viajan y crecen a distancia, metastatizan, en órganos distantes del que se originaron.

¿Cómo podemos sospechar que surge un cáncer? Las señales de alarma son diversas, desde notarse un bulto, estreñimiento inhabitual, dificultades o dolor al tragar, sangrado en cualquier parte sin herida conocida, cambios en el tamaño o color de lesiones cutáneas, especialmente lunares hasta ronquera mantenida.

¿Son hereditarios? En su aparición influye la herencia. Por ejemplo, no todos los fumadores desarrollan cáncer de pulmón y a veces hay propensión familiar a tener lesiones que los favorecen, llamadas precancerosas, como los pólipos en el colon. También se conoce la presencia de alteraciones genéticas que predisponen al cáncer familiar, como el gen BRCA para el cáncer de mama. Es importante la interacción de genes con los agresores.

¿Cómo los llamamos? Usamos el nombre del órgano de donde nacen y acabamos con el sufijo OMA, por ejemplo, hepatoma para el de hígado, o linfoma si es en los ganglios linfáticos. Si surgen en las células de la sangre, serán líquidos y las llamamos leucemias; si en la estructura (epitelio)que recubre los órganos o el cuerpo hablamos de carcinoma, y si del tejido conectivo, mísculo, etc. sarcomas.

¿Son útiles los chequeos? Sin duda. La mamografia y la citología vaginal en la mujer, la detección de sangrado intestinal mediante colonoscopia o la medida de ciertos marcadores, es decir sustancias que algunos tumores producen y pueden ser identificadas mediante una analítica sanguinea, como el PSA para el cáncer de próstata. Permite detectarlos en etapas precoces, lo que asocia mejor pronóstico.

¿Cómo se manifiestan? Puede ser difícil detectarlos ya que pueden surgir en una célula de cualquier órgano y por tanto expresarse de mil maneras, y además confundirse con otros procesos: degenerativos, inflamatorios, etc.

¿Cómo se diagnostican? Los expertos necesitan seguridad y es imprescindible tomar una muestra del tumor, lo que llamamos biopsia. Esta se obtiene por punción con una aguja o cirugía. El anatomo-patólogo estudia las células que lo integran al microscopio. Luego es importante conocer su extensión; a veces tras infiltrar el órgano del que nacen, van a ganglios vecinos u otros órganos distantes. En esa valoración ayudan mucho las técnicas de imagen, como por visión directa: endoscopias o por tac, resonancia, etc. para valorar si vertieron a sangre los marcadores. En general se habla de tumores localizados o extendidos, y se usa un sistema de estadiaje: estadios I,II (enferemedad localizada) o III (localmente avanzado con afectación de ganglios regionales) y IV (con metástasis a distancia).

¿Cómo se tratan? Usted lo sabe. Si están localizados, la cirugía o radioterapia pueden curarles. Si no, precisan de quimioterapia, para que la sustancia química se distribuya por todo el cuerpo y destruya las células tumorales; la hormonoterapia, que frena a esas células tumorales si tienen receptores para hormonas; las terapias diana, que actúan selectivamente sobre un tipo especifico de célula, la tumoral, con mucha menos repercusión sobre el resto del cuerpo (toxicidad), o inmunoterapia que mejora la respuesta inmune del enfermo ante el tumor.

¿Son muy frecuentes? Son la tercera causa de muerte por enfermedad en el mundo occidental, detrás de infarto de miocardio en los hombres y los ictus en las mujeres. Los casos nuevos en España son de unos 120.000 cada año, lo que se llama incidencia y está al nivel de los países de la Europa occidental; es mayor en varones y se prevee un aumento asociado a una mayor esperanza de vida, así los agresores tienen más tiempo para actuar. En la mujer predomina el cáncer de mama, útero, colorrectal y pulmón, porque ahora fuman más. En los hombres de pulmón y colorrectal. En niños las leucemias y del sistema nervioso.

¿Qué le pedimos? Que evite los agresores, principalmente que abandone tabaco y alcohol, que mantenga habitos de vida saludable: hacer deporte, descanso, dieta tipo mediterránea, que acuda a los chequeos y consulte cualquier duda con su médico. En caso de ser diagnosticado de cáncer acuda a expertos. Estos le informaran del pronóstico y le harán propuestas terapéuticas que cada vez son más eficaces. Hace cuarenta años la palabra cáncer equivalía a muerte segura y hoy se curan más del cincuenta por ciento de ellos, incluso los extendidos. Diversas asociaciones como la Española Contra el Cáncer AECC, también le ayudarán.