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Riesgos mundiales

La semana pasada me ocupé, con fuentes nada sospechosas, de cómo va el mundo. Ahora, con fuentes todavía menos sospechosas, voy a dedicarme a cómo podría ir. Para ello, nada mejor que el informe sobre riesgos mundiales que se publica, desde hace once años, coincidiendo con el Foro Económico Mundial o Foro de Davos. Trata de aquellos eventos que pueden afectar en los próximos diez años a numerosos países o regiones, al planeta incluso, con especial atención a los negocios. Como el Foro es, para muchos, la quintaesencia del capitalismo, no parece sensato atribuirle intenciones propias de antisistema. El de este año, como los anteriores, aparece en la página del Foro y es presentado por destacados miembros del mismo. Digamos que el Foro lo bendice. Es fruto de informes y opiniones de más de 700 profesionales y expertos y las consultoras que lo han redactado están localizadas desde Pennsylvania a Singapur pasando por Oxford y Zurich.

No voy a entrar en las complejidades del informe y me voy a centrar en los tres riesgos que aparecen, por un lado, como más probables y, por otro, en los que podrían tener mayor impacto sobre la actividad mundial. Para todos ellos añadiré mis apostillas. Para el informe completo, véase la página web del Foro (http://www3.weforum.org).

Los tres asuntos que podrían tener mayor impacto inmediato son, en primer lugar, el fracaso en el intento de mitigar y/o adaptarse al cambio climático. Son dos cuestiones diferentes: la de enfrentar el problema intentando reducirlo y la de ver cómo adaptarse a él, aceptando lo inexorable del evento. Pero en ningún momento se pone en duda el impacto que tendría sobre la economía del planeta y, añado, incluso sobre la vida misma.

El segundo riesgo en cuanto a su posible impacto es también obvio: la proliferación (y su uso, claro) de armas de destrucción masiva. Aquí están no solo las armas nucleares (no tanto las de Corea del Norte sino las posibles de Arabia Saudita y las ciertas de Israel). También están las armas químicas y, en general, la nueva generación de armas cuyo uso puede descontrolarse en una situación tan inestable como la del sistema mundial contemporáneo (ahí se incluye el peligro de un nuevo «crash» y la cuestión energética).

Finalmente, en tercer lugar, estarían las crisis asociadas con el agua (reducción del acceso al agua potable, problemas para el riego y, por tanto, para la alimentación, sequías extremas y cosas por el estilo). Como estamos hablando de riesgos mundiales («global» en inglés) los autores del informe deben de saber que lo del «agua para todos» no es solo una cuestión local.

Un poquito de escepticismo nunca viene mal, y más en contextos como los nuestros donde parecen estar primando los dogmatismos de diverso pelaje. Y la primera fuente puede venir del mismo informe: cuáles de esos riesgos de gran impacto están también entre los tres primeros en cuanto a su probabilidad.

Pues bien, el primer riesgo en este sentido lo suponen las migraciones involuntarias a gran escala. Afecta particularmente a Europa, pero no solo. «Involuntaria» hace referencia a algo distinto a la decisión de cambiar de país en busca de trabajo (asunto al que me referí la semana pasada), sino que se trata de migraciones forzosas. «Crisis de los refugiados» como se la ha llamado recientemente en la Unión Europea con sus secuelas políticas bien conocidas.

El segundo riesgo en probabilidad son los eventos climáticos extremos: huracanes (algunos fuera de tiempo), inundaciones, sequías que siempre ha habido pero que ahora adquieren un carácter extremo que antes solo era ocasional.

Y, sí, el tercer gran riesgo en el actual contexto vuelve a ser el fracaso frente al cambio climático en el sentido al que he hecho referencia al hablar de los impactos. Mal camino, pues, para los escépticos: es probable y puede tener gran impacto en el planeta. Obvio esto último.

De todas formas, siempre hay esperanza para los escépticos sin dejar esta fuente que estoy usando. Se trata, sencillamente, de ver cuáles eran los tres riesgos mundiales en impacto y en probabilidad que aparecían el año pasado y constatar que el dichoso cambio climático no aparece entre las tres primeras. En cuanto a impacto, y por orden, eran las crisis del agua, la aparición de enfermedades infecciosas y las armas de destrucción masiva. De alguna forma, el futuro se estaba viendo en términos del presente. En cuanto a probabilidad, conflictos interestatales, eventos climáticos extremos y fracaso de la gobernanza mundial.

Pero en algo coinciden.

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