Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arturo Ruiz

La corrupción y la lluvia

Horas después de que Rus y sus amigos cayeran detenidos, hablaba con un exconcejal del PP: «tengo tanta vergüenza que ni me levantaría de la cama». Reacción humana, un tanto reconfortante, que alude al tópico: no todos son iguales. El problema es que había demasiados que sí lo eran. Joder, estaban por todas partes.

Siempre me ha impresionado lo cotidiana que puede ser la corrupción: a estos tipos no sólo muchos seres humanos le entregaron sus votos -lo más preciado: la confianza, la fe en el futuro-; además, usted se cruzaba con ellos en las avenidas, compartía con ellos las barras de los bares o los columpios de los niños, coincidían en un bautismo, un recital de poemas o un acto de su fiesta. Estaban ahí, respetables, bien vestidos, y usted los saludaba ceremonioso y pensaba, mira, un prohombre de nuestra sociedad, él cuida de los nuestros. Hoy sabemos que lo hacían hurtando el dinero de todos para sus cuentas corrientes. La cantinela de Rus: «mil, dos mil, tres mil, quatre mil?».

Puede que hasta estuvieran en su mismo edificio de oficinas o en su mismo barrio cuando, por la carencia de ese dinero público colado por las cloacas de la corrupción, el estado del bienestar se iba al carajo. Desastres educativos, sanitarios y sociales fraguados mientras estos tipos se hacían ricos con estómago de hierro. Niños de cuatro años del colegio de La Xara, en Dénia, saliendo a toda prisa de los barracones porque la lluvia se filtraba por techos de plástico mientras saltaban chispas de los enchufes: no había euros para un cole nuevo. Es mi ejemplo. Usted tendrá el suyo. Son innumerables. «Cinc mil, sis mil, set mil?».

Ahora que tanto se habla de líneas rojas, parece evidente cuál es el trazo granate más grueso de todos: el de Rajoy y sus cuadros, desacreditados porque hace tiempo que la corrupción en su partido lo pudrió casi todo. Antes que Imelsa, vinieron Ciegsa, Aquamed, Púnica, Brugal, Gürtel? Delinquían como políticos y como particulares: el primer edil de Urbanismo de Alperi, García Santos, en la cárcel por un delito inmobiliario. Castedo embarcada en el yate de Ortiz, 23.000 euros al día. ¿En manos de quienes estábamos? ¿Cómo es posible que Cospedal hable de liderar una segunda transición?

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats