Acaba de publicarse un libro titulado «El Nombre de Dios es Misericordioso»; del vaticanista Andrea Tornielli, sobre el Papa Francisco, en el que se recogen las ideas básicas del Sumo Pontífice sobre la misericordia en al práctica de la Iglesia. Según el papa Francisco, «la Iglesia debe transmitir comprensión hacia quienes se reconocen pecadores, responsables del mal, y se sienten necesitados de perdón. La Iglesia no está en el mundo para condenar sino para perdonar, ejerciendo la misericordia, que Cristo le dio». Ya en el primer capítulo nos habla del tiempo de la misericordia: «La Misericordia es para mí el mensaje más importante de Jesús»: Y lo explica diciendo que esta humanidad nuestra tiene tanta necesidad de misericordia porque arrastra heridas profundas. A continuación, explica la función que tiene el Sacramento de la Penitencia, como ejercicio de la misericordia de Dios. Es un regalo de Dios. No debe confundirse ni con una «tintorería», donde se habla sin sentido, ni con una «sala de tortura», donde el penitente se siente obligado a presentarse como un «sinvergüenza».
Simplemente hay que reconocerse pecadores dispuestos a superar el mal, mediante el perdón misericordioso. Pregunta de nuevo: ¿Hay demasiada misericordia en la Iglesia?». Dice que no, pero la Iglesia debe condenar el pecado. En la iglesia hay «pastores», y no impositores de la ley, no hay oposición entre la verdad y la misericordia o entre la doctrina y la misericordia. La iglesia rechaza el «corrupto», que «critica a la iglesia porque ejerce la misericordia». El corrupto no conoce la humildad. Considera que no necesita ayuda. Se cansa de pedir perdón». Finalmente, termina exponiendo la diferencia entre la misericordia de Dios y la de los hombres, y anima a vivir con intensidad el Año de la Misericordia. Es un libro excelente.
