¿Qué pasaría si el Ayuntamiento contratara a la Universidad para defenderse en juicios? ¿Qué pasaría si, para construir la ampliación del Centro 14, el Ayuntamiento contratara a un establecimiento docente? ¿Qué pasaría si, en vez de contratar una empresa de mantenimiento de parques y jardines (o de mantener los jardines y parques con sus propios empleados, para el caso me da igual), el Ayuntamiento se dirigiese a una escuela especializada?

Pues supongo que el Colegio Oficial de Abogados, las empresas de construcción, el gremio de jardineros o quien sea pondría el grito en el cielo y que, probablemente, en poco tiempo se estaría hablando de competencia desleal.

Pero, ¿qué pasa cuando el Ayuntamiento recurre a la Universidad para hacer traducciones? (http://www.laverdad.es/alicante/ciudad-alicante/201601/26/traducira-textos-para-ayuntamiento-20160126015435-v.html) Pues estoy convencido que la mayor parte de los lectores pensará: «Qué bien, así por lo menos se ahorran (nos ahorramos) algo!».

Y aquí es donde me surge la duda: ¿Qué tiene un abogado, un jardinero o un albañil que no tenga un traductor?

¿Hasta cuándo vamos a aceptar (y para algunos, felicitarnos) que las instituciones públicas recurran a la Universidad para sus traducciones? Nos hemos formado, y nos han explicado nuestro trabajo, nos han dicho que hay que mantenerse actualizado, estar al tanto de las noticias, no perder el tren de las nuevas tecnologías, etcétera. Pero en ningún momento nos dijeron, que además, había que estar preparado para trabajar por tarifas irrisorias?

Mientras nos parezca normal que la Universidad pueda entrar en competencia con los alumnos que se han sacado su título unos años antes, ¡mal vamos!

¿Alguien en algún momento planteará este problema? ¿Hasta cuándo, tendremos que luchar contra esta competencia? (Dejo lo de desleal a la apreciación del lector).

Gracias a Michel y a P. Defaye por el título