Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Le toca jugar al PSOE

Pasado el primer corte y pese a que todavía no tenemos candidato o candidata a presidente del Gobierno, las cartas de dos de las cuatro formaciones que juegan esta partida están boca arriba. Podemos, después de empezar trazando líneas rojas, ha dado un salto adelante proponiendo un Ejecutivo, digo bien, donde da entrada a socialistas e Izquierda Unida, dejando a mi entender bien a las claras que más que un acuerdo lo que busca Pablo Iglesias es llegar cuanto antes a una nueva convocatoria electoral, sabedor de que en esa contienda tiene más que ganar que perder si Pedro Sánchez y su ejecutiva siguen haciendo de Don Tancredo como han hecho hasta ahora. El otro que ha enseñado su juego es Mariano Rajoy, que, como era lógico, no estaba dispuesto a quemarse a lo bonzo sin tener ninguna posibilidad y le ha dicho a Felipe VI aquello de que «pase de mí este cáliz», a la espera de que el líder socialista reconozca que va de farol y que no tiene cartas para el órdago que quería dar porque sus barones no le van a dejar subirse al barco del populismo, del que, por cierto, renegó, como San Pedro, antes de las elecciones. En esta tesitura, a Sánchez sólo le queda una carta que jugar para seguir estando en la partida y tener alguna posibilidad de no ir tras los pasos de Rajoy y ser sustituido cuando aún se están distribuyendo los naipes: cerrar un acuerdo con Albert Rivera, al que tampoco le interesa que se convoquen otras elecciones, y situarse ambos en el centro político, dejando a su derecha al PP, y a su izquierda, a Podemos. Desde esa atalaya, que es donde se posicionan la mayor parte de los votantes de este país, ambos pueden llamar a que se sumen los moderados de uno y otro lado a formar un gobierno que haga frente al separatismo y las demandas sociales más urgentes. Y si ni así sale, no es ese un mal balcón por el que asomarse a una nueva cita con las urnas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats