Ni Almodóvar habría podido hacer mejor un título para una polémica en una España que se parece a esta en convulsa y curiosa, sino que ahora mismito es como el título más «fetén» que se me podría ocurrir para la situación que nos avanza este mes de enero y si seguimos por el «caminito» el de parte de febrero, marzo y hasta abril? La cosa es que me di una vuelta por Fitur y pude constatar que la normalidad era patente en el entorno de la vida real. Eso sí, el stand, o mejor, los stands y algunos más (el de LGTB Fitur) molaba mucho (Benidorm «included»), seguían siendo stands. Los operadores, operadores. Los clientes, clientes.. Eso sí, un pelín alucinados de que no se sabe si quedará España o yo que sé, a este paso. Pero he de decir, que pese al gran enfrentamiento nacional, entre los grandes partidos y los nuevos? allí había paz, normalidad y ganas de construir. Y todo en un viernes grande de la Feria más rica de matices e internacional de este país, que sigue y seguirá siendo Europa (ayyy, qué bien que hay calvinistas por ahí, en ese gobierno europeo que, con su pragmatismo de visillo y ventana abierta nos ponen los límites a nuestras estupideces...). Por allí vi a un encantadora Eva Montesinos y Pedro Gea con el alcalde de Alicante Gabriel Echávarri presentando con ganas y sonrientes las nuevas iniciativas de nuestra ciudad al mar y al futuro, al incansable currante César Sánchez (presidente de la Dipu) también rodeado de normalidad y con un eficaz Eduardo Dolón y viejos amigos de la institución, y todo el elenco de profesionales que, esta vez, más que nunca, han sido los protagonistas de una feria menos poblada de clase política que de costumbre. Se me hizo raro, porque hacía años que no iba, los recuerdos de cuando íbamos a presentar también grandes eventos, y, pese a que algunos me pongan a parir con esta nuevo alegato, sigo creyendo (independientemente de cómo se gestaran algunos?) que los eventos, y más la Volvo en Alicante, son una apuesta de turismo que ha llevado a que nuestras ciudades tengan ahora cifras de visitas que eran inimaginables (pasen y vean la Valencia del los ochenta a ver quién venía... ni Blas!). Después vueltecita por los stands de otros, para aprender? que también es vital. Y tengo que decir con dolor de mi corazón, y no ha sido jamás así, también que quede claro? que seguimos sin apostar por conceptos como la Alta Gastronomía como tema vital, con el estilazo como el stand increíblemente genial de Catalunya (menudo clasón de cocineros en escaparate permanente y en directo, y no será que no tenemos también aquí y muchos?.), por la música de autor, por el teatro y la escena que es magnífica, por la moda (Málaga, señor, Málaga? apostando por la moda en vivo!), nuestra etnografía, nuestras dunas, nuestro kitesurf (que buscan noruegos e ingleses también cada finde), etc? En fin, y nuestras grandes empresas, que no sé porque, nunca o casi nunca las veo por ningún Fitur, y ya podrían estar regalando cositas, ayudando y poniendo su «alicantinismo» al servicio de un común futuro. No solo la clase política es responsable del destino común. Pero bueno, al final, una edición más de referencia y un futuro de estilo por construir en camino. Y , gracias a Dios, no vi ni a la gran Carmen Maura ni a Chus Lampreabe en el papel... Feliz domingo.