Se celebra en toda la Iglesia, durante los días 18 a 25 de enero, el Octavario de Oración por la Unión de los Cristianos. Esta oración comunitaria corresponde a los católicos, los ortodoxos y los protestantes. Jesucristo, en la Última Cena, ya hizo oración a Dios por la futura unión de los cristianos. Así lo dice el Evangelio de San Juan: «Padre, no te pido solo por estos discípulos mios. Te pido también por los que van a creer en Mí, mediante su mensaje: que sean todos uno, como Tú, Padre, estás conmigo y yo contigo; que también ellos estén con nosotros para que el mundo crea que Tú me enviaste» (Juan, 17, 28).

Todos los discípulos actuales creen en Cristo, pero discrepan en puntos fundamentales eclesiales. Como discípulos creyentes en Dios y en Cristo coinciden, pero, en su concreción, sobre su creencia en la Iglesia, discrepan en muchos puntos.

Cristo manda a sus discípulos de entonces y a todos los futuros discípulos que oren a Dios-Padre pidiéndole por la unidad de todos los creyentes en Cristo, aunque pertenezcan a distintas iglesias, que se reúnan para orar juntos en Cristo, y que el Padre les dé comprensión mutua para saber señalar lo que es fundamental en la Fe cristiana, que no puede cambiarse, y lo que es accidental, que admite diferencias accidentales, pero no impide lo fundamental.

Los distintos grupos cristianos, católicos, ortodoxos y protestantes, se unen en estos días para orar juntos a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, pidiéndoles que acentúen lo que los une y accidentalice lo que los divide, pero que no se rompa la unidad y la comunidad esencial de vida.

Este es el sentido del Octavario para la Unión de las Iglesias cristianas, para que Dios aumente la comprensión mutua de los grupos, fomente la unidad esencial y quite importancia a lo accidental que los diferencia.