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De Toros

La firme realidad de la tauromaquia

Tiempo de tribulaciones, tiempo que no invita a cambios. Es lo que se dejó decir el sabio conceptista. Pero eso, al parecer, por las apariencias, no parece ir con las cosas de este momento de la Hispania de nuestros afanes, amores y desamores. Con la que se avecina, hasta el mismísimo Ortega, el filósofo, no el catedrático del toreo, correría riesgo de quedar confundido cuando, «tempus fugit», ponía el estado de la Fiesta como referente al estado de la Nación. Que sí, que la Nación opinable, Rodriguez Zapatero «dixit», tanta frivolidad relativista, es « la síntesis trascendente e indivisible de un colectivo heredero de una historia, una tradición, una cultura, con fines que cumplir en el ámbito de lo universal». Así de rotunda la cosa de marras se me antoja. Y a pesar de ciertas amenazas hacia la Tauromaquia, puntuales realidades negativas lo atestiguan, la realidad del toreo muestra la firmeza de los fundamentos en que se cimenta la varias veces secular «amistad entre hombre y el toro» en acertada conclusión de Fernando Villalón, poeta y ganadero de fundamento. La firme realidad...

No hay que obviar los ataques que la tropa «anti» perpetra de continuo contra el espectáculo más nacional por excelencia, que hunde sus raíces en lo más profundo del ser hispano. Cierto que son numerosos lo colectivos que rechazan esa secular realidad del toreo, de acuerdo, pero lo sostienen y lo manifiestan sin violencia insultante, con argumentos y reflexiones de buen razonar. Así, hay entendimiento en el convivir. Con el insulto y la amenaza, la enfermiza intolerancia, nunca. Por tanto, a pesar de prohibitivas «mareas» y baleáricas declaraciones de ciudades no taurinas, así como el encendido deseo de algún perdedor de la cosa política en funciones alicantinas de gobierno, la Tauromaquia, aunque sin todavía liberadora sentencia favorable del Constitucional, no se amilana y ofrece, en firme, carteles y proyectos para este ciclo 2016. La firme realidad ...

Ahí está Valencia a falta de mínimos detalles que ultimar, con Manzanares ya encartelado entre «El Fandi» y Cayetano, toros de Juan Pedro Domecq, tarde del 20 fallero. En Sevilla, domingo Pascual de Resurrección, terna de lujo, inauguración de la bética temporada: Morante, Manzanares y Talavante, Garcigrandes en toriles. Junto a la Beneficencia madrileña, la sevillana es cita cumbre del año. Anteriormente, Valdemorillo, aperitivo de los madriles, Olivenza de nombradía y Castellón, incremento de una corrida más y, ya sin freno ni marcha atrás, Sevilla, Madrid y tantísimo más. La firme realidad de la Tauromaquia. Alicante. Enero.

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