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Antonio Sempere

Ausencias

Han desaparecido. Nos los han birlado sin darnos ninguna explicación. Libros con uasabi se emitió por última vez el domingo 3 de enero, en la que era su 14ª edición. Fernando Sánchez Dragó afrontó el final del programa como uno más, sin despedirse, dando por hecho que volvería con otra tanda. Situación que por el momento no se ha producido. Millennium se emitió por última vez a principios de diciembre, con una entrega dedicada al cambio climático. A su término Ramón Colom sí hizo referencia a su regreso a principio de este año.

Estas ausencias dan pie a algunas reflexiones. Primera. Cómo es posible que una televisión pública pueda tratar con semejante displicencia a dos espacios que representan de forma clara y meridiana lo que debiera ser su rumbo, su forma de entender una programación de calidad de servicio público. Y segundo. La soberana indiferencia con que es acogida esta ausencia en los medios y en la opinión pública, sin un comentario, una queja, un triste titular relacionado con el asunto.

Pero la anécdota tiene su sustancia, su carga de profundidad. No estamos hablando de dos programas cualesquiera. Millennium y Libros con uasabi representan dos de las apuestas más interesantes de la televisión actual. Impulsadas por productoras ajenas a TVE, pero qué más da, cuando sus contenidos son tan superiores a la media, tan insólitos de encontrar. Hacía años que no palpitaba ante las cámaras tanta inteligencia como la que se ha paseado en ese rincón de la tertulia de Dragó con Anna Grau y compañía, ni como la que ha derrochado cada noche Colom con sus invitados. En un país donde GH VIP es visto por 1 de cada 4 espectadores con verdadera adicción, el gesto de la pública para con Dragó y Colom aún resulta más abominable.

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