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Toni Cabot

Más vale conocer que merecer

Conocer resulta en ocasiones más rentable que merecer. García Pitarch es un buen ejemplo. Su intento de desligarse de Jorge Mendes en su incorporación al Valencia no parece que haya calado en la capital del Turia, donde pocos dudan que el agente portugués, muleta de referencia de Peter Lim, ha tenido una influencia capital en su regreso a Mestalla. Tampoco pasa nada. Tener amigos influyentes no es ningún pecado. Puede venir bien, como parece el caso, para encontrar acomodo en butaca de primera fila después de haber tenido que salir corriendo por el gallinero de los dos últimos destinos del fútbol patrio. En el Hércules entró como presidente prometiendo batalla por el ascenso y salió nueve meses después coqueteando con el descenso. Por enmedio, se las tuvo tiesas con Sergio Fernández, un exaltado le cogió de la pechera tras la enésima derrota y Javier Tebas le ninguneó imponiendo unas condiciones leoninas para seguir adelante con el proceso concursal. A modo de despedida, ruido, mucho ruido, con insultos y amenazas a Enrique Ortiz y Valentín Botella. Eso sí, trescientos mil euros al saco. En Zaragoza no mejoró la historia. O sí, al menos en lo que se refiere a sus emolumentos. A Agapito Iglesias, que aceptó la recomendación de Mendes para colocarle como director general, le sopló millón y medio, sueldo que no caminó acorde con el rendimiento del equipo, que despidió el curso tres puntos por encima del descenso a Segunda B. Antes de eso, suspendió de empleo y sueldo al jugador Movilla, prohibió la entrada a Botella en el palco de La Romareda y acaparó la ira de buena parte de la afición maña, que lo tuvo presente en sus cánticos. Por eso debe haberlo contratado Lay Hoon y Peter Lim. Puede que falte un poco más de música en Mestalla.

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