Yo creo que ha pasado tiempo suficiente desde las Elecciones del 20D para que los españoles tuviéramos una ligera idea de por dónde van a ir los tiros. Pero no. Han pasado las Navidades, el Fin de Año, los Reyes y, como dice la canción, «todo sigue igual». Y es que lo queramos o no, somos un país de «pandereta», con todos los respetos.

El sainete está servido. Problemas por todos los lados, incluso con lo que no debiera ser problema como son las fiestas de Navidad que se celebran en países progre y no progre. Pero no, aquí, nosotros los españoles tenemos que dar la nota y dedicarnos a ensalzar los equinoccios y las magas «libertad, fraternidad e igualdad», que, la verdad, no sé que tiene de progre pues en otros países va de «sua» que existe la libertad, la igualdad y la fraternidad desde hace muchos siglos... Por eso no le veo yo nada de progre a esto de las magas sino más bien me parecen una antigualla de las más gordas, tan antigualla como el hilo de coser como dicen en un anuncio de la tele.

Al pastel hay que añadir lo de los catalanes. ¡Eso no hay quien lo entienda! Yo al menos desde hace mucho tiempo concluí que era imposible el entendimiento entre partidos de ideologías tan diferentes y que si éste se producía el Gobierno de la Autonomía iba a ser imposible... pero ¡ahí está!, asamblea tras asamblea, con 1.515 votos a favor de Mas y 1.515 en contra. Un poco de tomadura de pelo, desde luego, parece. Pero, en fin, los de Junts pel Sí debían saber de lo que iban estas asambleas tan igualitarias y, visto lo visto, lo sabían pues Mas ya no es Mas y ha aparecido un tal Carles que es como Artur pero se llama Carles, con trasvase de escaños de un partido a otro, hecho éste que no comparto en absoluto. Desde luego a mí me da la sensación que, con Mas o con Carles, estos partidos están tomando el pelo a todos los catalanes y, por tanto, a todos los españoles.

A esto tenemos que añadir la posición de nuestros líderes: Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Parece que no se ponen de acuerdo de ninguna manera. Al menos es lo que nos dicen desde los medios de comunicación. La verdad es que esta situación me tiene preocupada. No nos podemos permitir ir a otras elecciones generales pues nuestra imagen quedaría «tocada». ¿Quién puede fiarse de un país en el que los líderes no son capaces de ponerse de acuerdo en nada? Y es que la Democracia es precisamente eso... Entendimiento, tolerancia y respeto. Pero de nuevo no. Aquí, en España, no hay entendimiento posible y nos encontramos que, unos por otros, tenemos la casa sin barrer. El señor Rajoy erre que erre, el señor Sánchez en Portugal (¿en Portugal?), el señor Rivera en su estilo y el señor Iglesias también erre que erre.

Sin embargo, los resultados están muy claros y la voluntad de los españoles es también muy clara. El resultado del 20D es más que evidente: los españoles quieren que los políticos se entiendan. Y este resultado era más que previsible. Por este motivo no entiendo que no se haya modificado la Ley Electoral que, a pesar de ser ley orgánica y requerir para su modificación una mayoría absoluta, lo cierto es que esos votos estaban. ¿Por qué no haber establecido una segunda vuelta como ocurre en Francia, por ejemplo? Nos habríamos evitado el espectáculo de ver cómo la investidura del señor Rajoy no prospera y tampoco la del señor Sánchez. Sólo entonces es cuando se plantearán, espero, la posibilidad de pacto. Mientras tanto la inseguridad prevalecerá así como todas sus consecuencias

Pero claro, algo que en otros países es de lo más normal, en España se convierte en algo muy complejo que supone una pérdida de tiempo que no nos podemos permitir perder.