Se inicia 2016 con los datos de paro registrado en diciembre: 55.790 parados inscritos menos. Toda noticia en relación a mejoras a la situación laboral en nuestro país es positiva. Pero también es cierto que la realidad no siempre es tan espectacular como se nos quiere hacer ver desde el Gobierno.

En diciembre pasado el 93% de los nuevos contratos ha sido temporal o a tiempo parcial. Uno de cada 4 contratos dura menos de una semana. En todo 2015 el 77,4% del empleo creado lo fue en régimen temporal y una tercera parte de él a tiempo parcial.

Probablemente por ello y a pesar de la insistencia del Gobierno, la sociedad no percibe que el ejecutivo de Rajoy haya sabido iniciar una adecuada recuperación económica.

En diciembre de 2011 estaban inscritas 4.422.000 personas como paradas. En el mismo mes de 2015 son 4.093.000 las que todavía lo están. La reducción, en términos absolutos, es de 329.000 personas. En 4 años. A un ritmo de un 7,5% de disminución por cada legislatura de 4 años. A ése paso es evidente el fracaso de las políticas desarrolladas así como la tomadura de pelo que supusieron aquellas promesas del candidato Rajoy delante de una oficina del paro, primera y única vez que se acercó a una, cuando pedía el voto en 2011 para poder dar trabajo a todos. Se nota que empezó sólo con los suyos y poco más y ahí se quedó.

La degradación del mercado de trabajo es impresionante. Las condiciones laborales, sociales y económicas han retrocedido años. Gran parte de las conquistas conseguidas son sólo un recuerdo. Buena parte de nuestra juventud no las ha conocido, sólo ha oído que existieron hace años. Ni siquiera los que ahora encuentran un trabajo escapan a la precariedad e incertidumbre económica en su día a día. Ahora se es pobre hasta trabajando y con gran miedo a perderlo por cómo está la cosa.

La desigualdad en el país ha seguido creciendo. Mientras las grandes fortunas observan la crisis, el resto la padece. El gobierno del PP se ha cebado en los más débiles: Aumenta el número de parados sin protección alguna. El Estado se vanagloria de haber recortado en prestaciones. Allí donde más falta hace se recorta. El propio Ministerio reconoce que la tasa de cobertura a los desempleados sólo está en el 55,25%, en 2009 llegó estar en el 80,9%, eso significa que 1.931.052 parados inscritos en el SEPE no cobran nada, cifra que llegaría a los 3.838.639 con los parados reales que estima la EPA que existen en nuestro país y que no están inscritos. Y ello sin contar que muchos de los que sí tienen algún tipo de cobertura se limita a 426 euros al mes desde hace años.

Así no se puede seguir. Las prioridades de Rajoy han quedado demostradas. Las recientes elecciones le han hecho perder la mayoría absoluta y 63 diputados, que se dice pronto. Con un resultado así otro habría dimitido la misma noche electoral. Es difícil perder más diputados de una sola vez. Y todavía quiere seguir y ya ha empezado a intentar componendas para continuar al frente del país, favoreciendo a los suyos y perjudicando al conjunto de los españoles. Hay que dejarle en evidencia e intentar alternativas progresistas de gobierno, son difíciles pero no imposibles, siempre que no se torpedeen por «fuego amigo» como parece suceder en el PSOE.

Y ahora que Artur Mas parece que no podrá seguir con su viaje a ninguna parte, es el momento de plantear soluciones reales y participativas a los problemas tanto de España como de Cataluña, por lo que ya está bien de «Mas Rajoy» y pasemos a buscar un mejor futuro para la mayoría de la ciudadanía «entre todos» aunque haya que repetir elecciones si no hay acuerdos.