En el diccionario se define como «maga» a la persona versada en la magia o que la practica, pero históricamente, aplicada a las mujeres, lo más corriente era utilizar el término «bruja», imponiéndose culturalmente la asociación del término con una mujer fea y malvada, que tiene poderes mágicos y que, generalmente, puede volar montada en una escoba. La argentina Myriam Wigutov se define como bruja, situando el origen del término en una antigua palabra y práctica denominada «Baq». Afirma que posee varios significados tales como «poder femenino», «mujer de poder», «mujer que conoce su poder y lo usa», «mujer que conoce las palabras mágicas o de poder». Así, decir «bruja» vendría a ser sinónimo de «mujer empoderada». También se le llama «maga» a la persona singularmente capacitada para el éxito en una actividad determinada.

Creo que hay muchas magas y brujas en la vida real como para ponerme a escribir una carta a los tres reyes magos, que ni se sabe si eran tres ni de qué color tenían su piel y mucho menos que fueran reyes. Tampoco sabemos si eran todos varones o es que se estaba utilizando el masculino genérico que unas veces engloba a las mujeres y otras no, según dicten ellos. Así que esta carta va para vosotras, queridas magas, queridas brujas que habitamos este planeta y, en especial, a las de este trocito conocido como España.

Ya dijo una de nuestras predecesoras, Simone de Beauvoir, que el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente. Y su eficacia está demostrada, pues gracias a eso podemos votar, estudiar, ejercer una profesión, entre muchas otras cosas. Pero nos queda todavía mucho camino y no tenemos otra forma de recorrerlo que haciéndolo juntas ¿Recordáis cómo conseguimos que dimitiera Gallardón por empeñarse en privarnos del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo? ¿No tenéis fresca en la memoria la gran marcha contra las violencias machistas el pasado 7 de noviembre? ¿Acaso esa lucha colectiva no puede haber sido la causante del estallido de la burbuja política emergente de Ciudadanos en estas pasadas elecciones? Queridas magas, queridas brujas, nos faltan muchas de nosotras y quienes han de pactar el próximo gobierno ni lo tienen en mente ¿O acaso habéis leído u oído de líderes políticos y de opinión que el pacto de Estado contra las violencias machistas sea una prioridad? Queridas magas, queridas brujas, quiero conseguir lo que venimos reclamando: el derecho a una vida libre de violencia machista. Queridas magas, queridas brujas, muchas estáis en partidos políticos, desempeñando cargos representativos o de gestión y muchas otras estamos fuera de esas estructuras pero si gritamos juntas nos han de oir. Volemos juntas, queridas magas, queridas brujas. Que 2016 sea nuestro año.