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Homenaje a Eusebio Sempere en el MACA

Desde la plaza de la Santa Faz hasta el MACA, podemos ver la instalación de la artista María Aranguren, 14 piezas en policarbonato que marcan un recorrido urbano en homenaje a Eusebio Sempere, en el 30 aniversario de su muerte. Una de las actividades con las que Ayuntamiento y MACA han organizado este año Sempere. ¿Pero cómo se gesta un proyecto de estas características en una institución pública como el MACA? ¿Por qué se ha seleccionado a esta artista y no a otros u otras? ¿Por qué no ha habido una convocatoria pública? En principio la idea de homenaje conlleva la de la participación y, si estamos hablando de un museo, se deben establecer unos cauces de normalidad democrática que tengan que ver con un proyecto museístico, para que todo el mundo tenga la posibilidad de optar a participar con su trabajo en una acción como esta. Pero sin información, sin acceso a esta información, el MACA, el homenaje institucional, es un espacio vetado a la mayoría. Si no podemos constatar que se ha abierto una convocatoria pública para esta intervención urbana, confirmamos que se ha dado a dedo. También, hace unos meses, pudimos ver una instalación, en la plaza Santa María, realizada por la colaboración del MACA con la galería Aural, sin que se hayan establecido con transparencia los vínculos entre una galería comercial privada y un museo público. Ante estas diferentes actuaciones, comprobamos que el MACA, sin dirección a día de hoy, está tomando determinadas decisiones sin tener en cuenta un mínimo cumplimiento de las buenas prácticas. Se admiten exposiciones, instalaciones?, como acciones dispersas sin ningún criterio de transparencia y sin una línea de trabajo que podamos contrastar, es decir, sin repercusión. Esto es absolutamente irregular y cuestionable desde todos los puntos de vista. No se puede aceptar que en un museo, sin proyecto ni equipo directivo, se decida unilateralmente quién tiene derecho a exponer, sin convocatoria pública, sin establecer condiciones de igualdad para todos, sin establecer los cauces de acceso a esa información. Información e igualdad, bases del museo. Todo esto está repercutiendo en el mayor hundimiento de esta institución y de la cultura contemporánea de la ciudad.

Aunque como, en realidad, en este año Sempere, todo se ha hecho con cierta improvisación, qué podemos decir. Solo que la sociedad está cansada de que el funcionamiento de una institución se deba a contactos personales o de última hora, a intereses ajenos a los que se debería una institución pública. Estas decisiones van creando intereses que corrompen las inercias y las relaciones en el sector profesional, en este caso, el cultural. El beneficiar a una persona con exclusión del resto consolida una manera de hacer en la que se da prioridad a los personalismos en detrimento de la cultura.

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