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Juicio a Galileo

¿Qué deciros del siglo XX? Que me lo pasé de guerra en guerra, con el corazón en un puño, mi pobre pueblo judío y el descerebrado ese austriaco del bigotillo? ¡que yo le castigue por los siglos de los si-glos!

Pero bueno, no quiero excusarme en el pasado. Ahora que estoy algo más libre me voy a poner al asunto. ¿Dónde está el pobre Galileo Galilei?

Bueno, ya sé que es un poco antiguo, pero aún le debo una disculpa.

Nadie ilustra con Galileo los conflictos entre ciencia e iglesia, y eso me enfurruña.

Es que durante mucho tiempo no habéis entendido nada. Y aún hoy muchos de vosotros seguís aferrados a un pasado que hasta mí me resulta antiguo. Veréis: La Biblia no es más que una colección de leyendas, sí, muchas de ellas inventadas por mí. Pero susurradas a humanos, y no os podéis imaginar lo que va de lo que yo inspiré a lo que ha llegado a vosotros. Sin ir más lejos: Adán y Eva. Nada de serpiente, nada de paraíso, ¡nada de nada! En realidad no eran más que una pandilla de primates peludos que un buen día aprendieron que con una piedra pueden descalabrar al vecino. Y ese fue el punto de arranque de la especie «Homo Sapiens». Sí, lo sé; a mí también me mola más la explicación de la manzana y la serpiente? pero la historia es la historia, hijos.

¿U os creéis que yo hice el Universo en siete días, así, tan ricamente? Que se haga la luz, y la luz hecha. Que se formen los continentes, y ya tenemos la playa de Benidorm para ve-ranear. ¡Nada de eso!

Yo soy un científico. No. Soy El Científico. ¿O pensáis que eso de los agujeros negros lo inventó mi amigo Hawking? Bueno, era mi amigo antes, que lleva una temporadita de dudar de mí que se está jugando un purga de siete siglos. No, damas y caballeros, en modo alguno. Yo inventé el tema del Big Bang. ¿Quién si no? Y me serví de las leyes de Newton y Einstein para formar el Universo. Y de la evolución de las especies de Darwin para mejoraros, ¡so berzotas! Lo de la Biblia fue un divertimento? Una manera de hacerme accesible a las mentalidades que imperaban en cada época. ¿O creéis que podía explicarles la mecánica cuántica a los cartagineses?

Pero claro, mis capataces no lo han acabado de comprender. Creyendo que me agradaban, se les ha ido la mano. Y me han masacrado a los que han ido atisbando la verdad, en cada tiempo. Como Galileo. Pero ese no es más que un ejemplo. La Inqui -vaya, vaya panda de integristas como decís ahora, una peña que no dejarían entrar ni a un concierto de AC/DC- se cebó con los disidentes. Y lo lamento, lo lamento mucho. Fueron tiempos oscuros, de esos en los que se confundía mi mensaje con la literalidad de las palabras, y eso siempre ha generado confusión. Sin ir más lejos, lo que está pasando ahora con los colegas de aquí al lado, a los de Alá, me refiero. Que aún no han aprendido a separar lo anecdótico de lo sustantivo, lo humano de lo divino, que al final cada uno tenemos nuestro sitio. Pero no les reprochemos demasiado, eh hijos. Que nosotros no podemos precisamente hablar, aunque hayamos mejorado mucho, con eso del huma-nismo, la ilustración, el siglo de las luces y la movida madrileña. ¿Y quien creéis que inspiró toda esa fiesta? Mi men. ¡Sí señor!

Vosotros os creéis que yo soy un vejete simpático con barba blanca y caracoles en el pelo. Y una sonrisa a medio camino entre la Gioconda y Papá Noel. Pues nada más alejado de la realidad. ¿Os acordáis de Gary Cooper en «Solo ante el Peligro»? Pues más o menos así soy yo. Y en cuanto a ideas? ni lo imagináis. A mi lado Pablo Iglesias es de Fuerza Nueva. Lo que sucede es que me corto un mazo.

Ah, vaya? Ya me lo han traído.

-Oye, Gali? que lo siento mucho. Perdóname tío.

-Ok colega. Gracias por sacarme del purga, que ya estaba más quemado que Obama con su reforma sanitaria.

-Pues pelillos a la mar. ¿Y si trabajáramos juntos en la teoría unitaria del Universo? Es que allá abajo están atascados con el tema.

-Buena idea, Yahvi. Pero me tendrás que reenviar a la Tierra.

-No hay problema. ¿Cómo quieres volver?

-Pues no sé? En mis tiempos quizá como Papa o como Emperador, para que me hicieran algo de caso. Pero ahora? ¿Qué te parece si me reencarnas en Cristiano Ronaldo?

-Fetén Gali. ¡Lo has clavao!

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