Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Importa tanto lo bello?¿Es la belleza un bien tan escaso?

La belleza tiene que ver con determinados cánones, que la sociedad define

Se piensa que la belleza exige una cierta armonía en las dimensiones y las formas Da Vinci, con su hombre de Vitrubio establece un canon de proporciones. Pero la belleza también implica colores y la combinación de ellos, etc... Como todo es relativo: hay guapo/as con arrugas e incluso de edad avanzada. Un modisto famoso, Adolfo Domínguez, tenía como lema la arruga es bella.

Los cánones de belleza no sólo los aplicamos a las personas, sino a las cosas u objetos. Existen expertos en definir o influir en lo que es bello o bonito en cada momento/sociedad: crean estados colectivos de aceptación, los llaman gurús de la moda. El ejemplo más evidente es que hay periodos en que las uñas en la mujer deben ser de una tal manera, o hay que resaltar las pestañas o las cejas, y vestir según se sugiera. Hay una tiranía de la moda para ser guapa/o. Y en ella caemos todos, incluso los muy inteligentes, y nos viene «impuesta».

¿Qué ventajas tiene ser guapo/a? Muchas: alegra la vista, provoca disfrute, tanto al ver las personas como los animales o la naturaleza; aumenta la autoestima, favorece que consigas un determinado puesto de trabajo, e incluso atrae sexualmente. La verdad que lo mismo que el que tiene habilidades cantoras, para encestar o pintar, el ser guapo es un valor. Creo que en el terreno de las modelos es uno de los pocos en el que las mujeres superan en salarios a los hombres.

A veces tiene inconvenientes para quien lo es o se siente: le exige infinitos esfuerzos para mantener esa belleza. Pero sobre todo para quien la valora mucho y no lo es; si no se es bello/a y se pretende serlo, frustra, crea complejos. Es increíble lo que la sociedad gasta para parecer guapo/ a : cremas, implantes, inyecciones de Botox, estiramientos, liposucciones, etc... Yo, con un poco de guasa me río y digo: somos poco listos: Nadie muere de arrugas, y sí de las enfermedades de las arterias, y esas no las cuidamos.

En nuestra sociedad suele importar mucho como nos ven los demás. Y quédese tranquilo: no hay chica o chico 10. O hay pocos, y si lo hay es pasajero/a. Dura poco tiempo. Yo en mi ambiente de trabajo me fijo y me pregunto, ¿dónde estarán esas bellas artistas? Por aquí hay pocas. Será que se reúnen en otra parte. Un estudio reciente señala que la mujer se valora menos bella de lo que realmente es. Se pidió a expertos que hicieran el dibujo de una serie de mujeres, en base a la descripción que ellas mismas hacían de sus rasgos. Con esos dibujos se valoró luego su belleza por agentes externos que no las conocían. Resultó que les puntuaban mucho más alto que lo que ellas mismas se consideraban.

Con los hombres lo que cabe decir es que en épocas anteriores se preocupaban poco de su «belleza». Se llegaba a decir: «el hombre y el oso cuanto más feo más hermoso» (otros decían: cuanto más feo? peor para él, ja, ja, ja). Hoy muchos hombres, en especial jóvenes, cuidan muchísimo su cuerpo, su aspecto, tanto o más de lo que tradicionalmente hacen las mujeres: son los metrosexuales, y la musculación en los gimnasios es muchas veces parte del tema. Y llegan a intoxicarse con pastillas anabolizantes.

¿Es importante ser guapo/a? Esa forma de belleza, exterior, es costosa y con frecuencia efímera y pasajera. Pero donde yo quiero ir es que, creo, se está exagerando su importancia. Tiene más valor una forma de belleza que no se ve, y la consideramos poco, que es interior: sus valores, la bondad, empatía, generosidad, capacidad de compasión, etc..

Y algo aún más importante que estos rasgos, como lo externo, pueden mejorarse si uno se lo propone, pero no lo sabemos y no nos entrenamos. Propóngase aumentar su belleza interna. Si se ejercita lo conseguirá; y eso es más importante. La belleza interior abunda en los feos, pero a veces no la vemos. Es un buen ejercicio intentar reconocerla y valorarla en los demás. Si lo haces, los valoras más, te acercarás más a ellos, los tratarás mejor y al final ellos también te tratarán mejor a ti.

No le parece un contrasentido que valoremos lo menos importante, que hagamos grandes esfuerzos por mejorar lo que es baladí y no por lo que realmente importa.

Cuando camina, pasea, posiblemente no ve chicos/as 10. Pero a lo mejor si fuera capaz de profundizar, captar el interior de ellos los puntuaría alto. Y nuestra percepción del mundo nos influye. Es magnífico creer que vivimos rodeados de gente fetén.

La belleza interior está ahí, pero no se toma en cuenta. Surge, y crece si alimentas tus valores, cualidades, fortalezas. Crece si aumentas tus rasgos positivos y rebajas los negativos (que todos tenemos). Viene de tu propio crecimiento y crece con él. La belleza exterior, como su nombre dice es superficial e impide ver la interior, y en ocasiones es un velo que cubre la interior, porque esta es pobre. Posiblemente conozca la historia de Diógenes, pobre, desarrapado que iba con un candil buscando a un hombre. El gran Alejandro el Magno detuvo su ejército ante él. Lo hizo porque quería verle sólo y hablarle. Sabía que era más hermoso, un homúnculo frente a él, con todo su poder. Los asistentes esperaban del pensador Diógenes alguna petición, y el sólo dijo: «Por favor, quítate de ahí, me quitas el sol».

Y además, no lo olvide: «La suerte de la fea, la guapa la desea». Y eso lo dice el saber recogido del pueblo. Los refranes son una forma de filosofía popular, son el resumen de muchas vivencias, verdades tamizadas de muchas personas y por mucho tiempo. Ya me gustaría a mí saber porque la guapa desea la suerte de la fea, pero eso es lo que el dicho señala.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats