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La capacidad de resistencia de Sánchez

De lunes a viernes, la particular visión de la semana de Andrés Castaño

Lunes

HIROSHIMA, DISTRITO

MONCLOA

Salvando la euforia de Iglesias, para quien veinte escaños de desventaja con el PSOE equivalían a la toma de la Bastilla, Sánchez y Rivera parecían recién llegados de una misa de difuntos y de Rajoy nunca se sabe si vive en cuaresma o en carnavales. Me cuenta un amigo que, en la homilía de esta mañana, el sacerdote ha dicho que el único ganador de las elecciones había sido Dios y el hombre del banco de delante se ha girado hacia su mujer y le ha murmurado: «Pues va a ser eso». Veinticuatro horas después del síncope, sólo aparecen tres opciones: acuerdo PP-PSOE (es irrelevante quién sea presidente ya que tendrían que pactar incluso el horario de recesos), del PSOE con Podemos y el arca de Noé del resto de la cámara, o un ejecutivo de tecnócratas que termine las tareas macroeconómicas a satisfacción de Berlín y convoque nuevas elecciones. Alemania optó por lo primero, Portugal por lo segundo e Italia por lo tercero con el desventurado Monti. No es tan sencillo, claro. Es posible que Dios haya ganado las elecciones, pero mucho más probable que Lucifer haya supervisado el escrutinio.

Martes

TRUCO O TRATO

En cierto modo, PP y Ciudadanos pueden adoptar una actitud pasiva. Rajoy va a refugiarse en la aritmética endosando responsabilidades a los prójimos y el resultado de Rivera, que convierte a Ciudadanos en un elemento prescindible ocurra lo que ocurra, será usufructuado como una bendición disfrazada (una bendición «muy bien disfrazada» se quejó Churchill tras su derrota de 1945) al permitirle simultanear los papeles de oposición y de partido institucionalmente responsable. En cuanto a Podemos, es evidente que Iglesias no quiere gobernar sino seguir vampirizando al PSOE hasta que de él pueda decirse que fue fundado por un Pablo Iglesias y embalsamado por otro. Cuando fija como premisa un referéndum en Cataluña, en realidad está bloqueando cualquier pacto con los socialistas. Se mire como se mire (y hay mucha gente mirando ansiosamente desde el lunes en Ferraz), el problema es del PSOE, al que no le ha ido bien con sus pactos municipales y autonómicos pero tampoco puede encomendarse a la retórica del «sentido de Estado» y demás epitafios para políticos breves.

Miércoles

ZONA CERO

Si en física existe el «efecto Coriolis», por el que un proyectil disparado desde el ecuador en dirección norte tiende a desplazarse hacia el este, en política existe desde el domingo el «efecto Mas», en virtud del cual los proyectiles disparados en las sucesivas elecciones tienden a aproximarse y no a alejarse del punto de lanzamiento hasta que el último cae sobre el Palau de la Generalitat. Parecía imposible que Mas lograra empeorar sus resultados pero lo ha conseguido con una brillantez ajena a los cambios de siglas: tras haber destruido dos coaliciones electorales, la tercera sigue menguando. Esto es prodigioso ya que habitualmente se formalizan para mejorar los resultados y no para desangrarse por etapas. La marginalidad política en la que está degenerando el gobierno catalán puede suponer por ejemplo que la CUP se encapriche con una presidencia rotatoria según los meses lleven «r» o no y Mas tenga que cuadrarse en nombre de la patria mientras sus siete diputados de Madrid esperan instrucciones de un partido que no se ha presentado a las elecciones.

Jueves

MATRIMONIO

A LA ESPAÑOLA

No llegaron a las manos, lo cual siempre es conmovedor cuando se reúnen un indecente y un miserable, pero Rajoy y Sánchez no tenían gran cosa que decirse salvo «no» y «felices fiestas». Fue la primera escena de una tragicomedia cuya trama ha comenzado a escribirse y avanzará impredeciblemente hasta su desenlace dentro de unas semanas. Los primeros movimientos no desconciertan: Rajoy quiere ser presidente, Sánchez también, Rivera que sea presidente cualquiera que tenga un ejemplar de la Constitución en su mesilla, e Iglesias, por aquello de contemporizar mientras se relame, ha propuesto que el gobierno sea presidido por un independiente. Supongo que estará pensando en alguien como Willy Toledo. Inútil mencionar que todo va a depender de la capacidad de resistencia de Sánchez al asedio de empresarios, dirigentes históricos y barones. Un anticipo de los tiempos de tribulación que se avecinan lo ha suministrado la baronesa Díaz: en lenguaje prosaico, al «aquí mando yo» de Sánchez ella ha replicado con «que te crees tú eso».

Viernes

EL REY MAGO

Es propio de un país tan transversalmente fructífero como el nuestro que se vete a los reyes en la entrega de unos premios llamados paradójicamente «Príncipe de Viana» mientras en Madrid se discute si las niñas pueden disfrazarse de reyes magos sin que esto las convierta en «reinas magas». Yo tampoco lo entiendo. El discurso de anoche de Felipe VI podría haberlo redactado, qué sé yo, Ximo Puig, otro hombre flemático a quien se le está desmoronando el techo del comedor mientras preside la mesa. La elección del Palacio Real pudo encerrar un mensaje político o sencillamente doméstico, pero el texto era desesperadamente protocolario: somos un gran país y a los redactores de la Constitución jamás se les pasó por la cabeza que esto pudiera ocurrir. «Esto» es un proyecto de secesión unido a un Congreso atomizado y una jefatura del Estado sin margen de maniobra por limitación legal, pero también porque es percibida como parte del problema y no de la solución. Yo no soy un rey mago, vino a admitir.

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