Un juguete, igual que cualquier otra cosa, se rompe si se usa mucho. Lógico. Se puede reparar y continuar dándole uso pero, al final, de tanto jugar, se desgasta y se rompe. Nada hay eterno.

Esto tan simple, pasó desapercibido para el PP y el PSOE en relación con su juego bipartidista al estilo de Cánovas-Sagasta. Pensaron que el juguete sería eterno, que las cosas las controlaban de pe a pa, y eran los amos, dueños y señores de esta parte de Europa llamada España.

Pero fueron tan egoístas que no quisieron compartir con nadie su parcela. Estuvieron tan ofuscados en manipular la situación que no vieron a la gente; se olvidaron para quién trabajaban y cometieron tantos errores que ahora se ven sorprendidos por la nueva situación. Errores, incluso, cada uno de ellos, para con los suyos; y no sólo para los de enfrente.

Es verdad que tuvieron en sus andanzas un grano en el trasero que les incordió: los nacionalismos catalán y vasco. Cada uno con su forma incordiaba lo suficiente y trastocaba su tranquilidad. Cuando necesitaban apoyo para gobernar España, no tenían a quien recurrir más que a esos dos nacionalismos (PNV y CiU). Para cambiar las cosas intentaron en varias ocasiones potenciar una tercera pata del sistema donde apoyarse, que tuviera un carácter más españolista, por llamarle de alguna forma.

La llamada operación Roca, con Miguel Roca (padre de la Constitución) fue el primer intento. No cuajó, quizás porque venía de Cataluña y esto no gustó en muchos sitios del resto de España. UPyD fue una segunda intentona, que aunque tuvo más recorrido, también ha sido cortada de raíz. Veremos si ahora con Ciudadanos las cosas le salen.

Pero la historia se les complica porque no contaban con que la crisis económica y sus juegos en la alternancia en el poder, con las corruptelas, las leyes de educación, la ley de memoria histórica, los recursos al Tribunal Constitucional para anular acuerdos del parlamento catalán y un largo etc. Ha hecho que los ciudadanos se organicen, protesten e incluso creen sus propios partidos políticos para que les representen. Ya digo, como se olvidaron de la gente, ésta está, tomando la iniciativa. Y producto de ello surge Podemos como partido aglutinador. No era lo que querían, y ahora tienen un problema; no pueden formar gobierno porque no alcanzan el número de votos que exige el sistema pensado para el bipartidismo.

El mayor problema lo tiene el PSOE, porque si da un paso mal dado como posibilitar que gobierne el señor Rajoy, la gente no se lo perdonará y se hundirá en las tinieblas. Pero el PP también sufre, porque si no consigue formar gobierno, se verá abocado a cambiar de líder y pasar a la oposición donde no se sabe qué puede pasar en cuatro años con Ciudadanos pisándole el discurso españolista patrio, y liberal económico.

Y como los dos se han hecho la puñeta cuando han gobernado porque así mantenían contentos a sus electorados, ahora no tienen fácil hablarse amablemente. Lo de indecente y ruin del cara a cara era teatro; pero para cada uno de sus electorados sí valía.

Como decía Iñaki Gabilondo en una de sus sabias reflexiones «se suicidan y nos matan», porque como se han olvidado de la gente y han pensado que podían engañar a todos todo el tiempo (contradiciendo la sabia idea de Kennedy), no han visto cómo evolucionaba el mundo, las comunicaciones, la generaciones jóvenes yendo de Erasmus a Europa o a trabajar y los abuelos navegando en internet con los nietos; y su ceguera nos lleva a callejones sin salida.

Esperemos que abran los ojos y reformen todo lo necesario para que no nos conduzcan al parón social, político y económico del inicio del siglo XX, después de Cánovas y Sagasta. Vamos, que cuiden un poco más al juguete, ya que parece que así lo consideran.