González Orta se ha fundido en el espacio infinito de un cielo refulgente y límpido como su mirada, que cuando la sostenía invitaba a traspasarla para mostrar su candoroso interior. A Margot le preocupaba no saber o no poder expresar todo lo que llevaba dentro por medio de la palabra escrita, pero para cualquier artista su mejor forma de expresarse es a través de su propio trabajo, porque le ha infundido su aliento en cada paso.

Cuando unA vez finalizada la obra Margot la contemplaba debía sentir exactamente lo que el escritor cuando rubrica un libro o el poeta culmina un verso.

Tú permanecerás en tu obra en barro modelado con tus amorosas manos, o en las escogidas para ser fundidas en bronce para suerte del viandante o coleccionista.

Margot era una artista que trabajaba el barro con o sin esmaltes, pero no podemos olvidar el primer paso fundamental en la fiel ejecución de la obra: el dibujo. Es aquí donde se puede vislumbrar la chispa artística, cuando el lápiz o las ceras discurren sobre el papel. Cualquier tipo de papel, el que tuviera más a mano era buen soporte para dejar correr trazos quebrados, curvos, aunar ambos a la vez o simplemente líneas huidizas que quieren salir de los límites del papel para ser libres.

Cuando se trataba de un boceto para una figura de barro solía jugar con trazos de diferente grosor porque buscaba el claroscuro que imprime el relieve en la masa, otorgando la forma deseada.

Su temática era figurativa. La Naturaleza le ofrecía las plantas y las aves, y entre ellas las palomas con sus alas recogidas o desplegadas al viento, virginales o teñidas de mil tonos, pero todo ello con un sentido grande de la estética, de las proporciones y del color.

Su humanidad le inclinaba hacia la representación del ser humano: hombre o mujer con preferencia de esta última, con la que se identificaba. Recorría las etapas de su propia vida, niña, adolescente, mujer joven o adulta, y siempre con delicadeza resaltaba su carácter y su función como pieza clave en el desarrollo de la humanidad. Incidía en numerosas obras en su papel de gestante y madre sosteniendo a su hijo en los brazos. No acostumbra a recurrir a la figura del hombre, y cuando lo hace es conjuntamente con la de la mujer. Todo eso que nos has dejado en un nutrido e importante legado artístico eres tú: tus anhelos y tu generosa contribución a Alicante.