Los ciudadanos han hablado en las urnas. Adiós a las mayorías absolutas. Esto es lo que el domingo decidieron los electores a través de los votos depositados en las urnas. Adiós a la prepotencia absolutista, a la gobernanza del rodillo y a las leyes por decreto. Y un aplauso para recibir a la nueva conformación del parlamento español donde tendrá que visualizarse un diálogo permanente para poder gobernar España y una forma distinta de hacer política. También quiero dedicar un aplauso a la presencia de las nuevas formaciones políticas -Podemos y Ciudadanos- que van a implantar aire fresco en el Congreso de los Diputados, y también quiero aplaudir la quiebra del bipartidismo -PP y PSOE- que han alternado sucesivamente el Gobiermo de España. Los ciudadanos han hablado y ahora les toca a nuestros políticos ponerse a trabajar por el bien de España y los españoles. Estas elecciones generales ha supuesto un auténtico tsunami político, ya que se ha evidenciado que la primera formación política, el PP, ha ganado con tan solo 123 escaños y una pérdida de casi cuatro millones de votos respecto a 2011; un dislate político. Y otro dato del exbipartidismo: el Partido Socialista de Pedro Sánchez ha fracasado porque no ha ganado, según palabras de él mismo, y porque el PSOE ha sacado el peor resultado de su historia. En Madrid, donde Pedro Sánchez era cabeza de lista y donde quitó de aquella manera a la ejecutiva del PSM, los socialistas han sacado unos muy malos resultados quedando como cuarta fuerza política. ¿Asumirá el señor Sánchez la responsabilidad política por este fracaso?

Los españoles, tras unos años de sufrimiento y recortes, han pedido un cambio, una regeneración democrática y han dado una «bofetada» electoral al partido que ha gobernado los últimos cuatro años. Y ahora, ¿qué? Lo dicho: los ciudadanos españoles demandan que sus representantes, porque son eso, devuelvan la dignidad a la política y, sobre todo, que devuelvan la dignidad a la gente. La justicia social y recuperar los derechos de la gente son tareas prioritarias en las que tiene que trabajar el nuevo parlamento, así como en la modificación de algunos aspectos de nuestra Constitución que blinde los derechos sociales de la ciudadanía y articule un nuevo encaje territorial.

Escuchando a los distintos representantes de los partidos políticos en la noche electoral parece que nadie haya perdido en las elecciones generales del pasado domingo. Y no es verdad. Ni han ganado los que han perdido más de 60 diputados respecto a 2011, ni tampoco los que han tenido el peor resultado de su historia, ni aquellos que pretendían ser el eje de la izquierda y del cambio y, sin embargo, se han quedado en los 69 escaños, y por supuesto tampoco ha ganado aquella nueva derecha que se iba a comer el mundo y se han quedado en 40 diputados. Y también ha perdido el bipartidismo, PP y PSOE, ya que han perdido más del 22% de los votos obtenidos en 2011. Entonces, ¿quién ha ganado? Ha ganado la gente porque la próxima legislatura será una legislatura diferente. Va a ser una legislatura distinta. Sin mayorías absolutas y con pactos permanentes.

Altura de miras, responsabilidad de Estado y trabajar por la gente son las tareas principales de los políticos elegidos el pasado domingo. Los españoles lo agradeceremos. Ni más ni menos.