Hoy será un día de intensa actividad en todas las mesas electorales en las que van a trabajar muchos ciudadanos que, cumpliendo su cívico deber de asumir la obligación de haber sido designados miembros de mesas electorales, estarán al tanto de que todo el proceso electoral de depósito del voto y posterior recuento sea correcto. Ahora bien, seguimos en pleno siglo XXI esperando que se pueda implantar en el sistema electoral el voto electrónico que resolvería los innumerables problemas que se plantean ante el voto manual y el intenso trabajo que habrá que desplegar en el día de hoy.

Cierto y verdad es que la alta responsabilidad con la que muchos ciudadanos desempeñan su obligación de estar al frente de las mesas y controlar cada uno de los votos que se depositan en las urnas permite que sobre las 22 horas se puedan ir conociendo resultados, pero debe llegar el momento en el que este sistema se cambie por el voto electrónico, lo que nos permitiría a las 20.30 h saber a ciencia cierta, con exactitud, y sin posteriores recuentos de control y ratificación del resultado provisional cuál es el resultado exacto y final de la voluntad popular depositada en las urnas, y qué es lo que quieren los ciudadanos sobre las personas que deben regir los destinos de nuestro país.

Pero el sistema sigue empeñado en mantener un voto escrito y presentado manualmente, incluyendo el voto por correo de las personas que se encuentran en el extranjero, y que a tenor del art. 75 de la Ley electoral General 5/1985 deben realizar su voto mediante impreso oficial la solicitud de voto dirigida a la correspondiente Delegación Provincial de la Oficina del Censo Electoral, no más tarde del vigésimo quinto día posterior a la convocatoria. Qué fácil sería, por ejemplo, que cada ciudadano dispusiera de una dirección electrónica mediante la cual, si el día indicado no puede desplazarse a su sede electoral pudiera llevar a cabo este tipo de actos remitiendo a una oficina electoral electrónica su voluntad mediante su identificación por este sistema que se habilitaría para todo aquél que tuviera habilitado su derecho de sufragio. Se facilitaría el ejercicio del derecho de voto desde el extranjero y para todo aquél que el día de las elecciones no pueda estar en el lugar donde debe ejercer su derecho de voto.

Con respecto al ejercicio del derecho de voto físicamente en el día de hoy el art. 85 de la Ley señala que el derecho a votar se acredita por la inscripción en los ejemplares certificados de las listas del censo o por certificación censal específica y, en ambos casos, por la identificación del elector, que se realiza mediante documento nacional de identidad, pasaporte o permiso de conducir en que aparezca la fotografía del titular o, además, tratándose de extranjeros, con la tarjeta de residencia, y en cuanto a cómo se lleva a cabo el art. 86.3 añade que el elector entregará por su propia mano al Presidente el sobre o sobres de votación cerrados. A continuación éste, sin ocultarlos ni un momento a la vista del público, dirá en voz alta el nombre del elector y, añadiendo «Vota», entregará el sobre o sobres al elector quien los depositará en la urna o urnas. Y ¿cómo se procede al recuento según la actual Ley? Pues el art. 95.4 concreta que el escrutinio se realiza extrayendo el Presidente, uno a uno, los sobres de la urna correspondiente y leyendo en alta voz la denominación de la candidatura o, en su caso, el nombre de los candidatos votados. El Presidente pondrá de manifiesto cada papeleta, una vez leída, a los vocales, interventores y apoderados. Finalmente, el art. 98 concluye que la Mesa hará públicos inmediatamente los resultados por medio de un acta de escrutinio y se llevan al juzgado que ejerce como junta electoral esta misma noche y por este a la Junta electoral provincial. Pero es que, además, este miércoles, día 23, habrá que llevar a cabo un escrutinio general de recuento en la junta electoral provincial Alicante para ratificar el resultado provisional alcanzado en la noche del día de hoy. Es decir, todo un trabajo que podría y debería simplificarse mediante el recurso al voto electrónico que nos ahorraría esfuerzos y dinero, porque este sistema manual, además de ser tremendamente costoso físicamente, es caro, porque hay que retribuir a todo el personal encargado de llevar a cabo todas estas operaciones en todo el país.

El sistema del voto electrónico es por ello más ágil, más seguro que el manual y además nos permite conocer, casi en tiempo real, cuál es la voluntad popular nada más haber cerrado los colegios electorales. Nos evitamos molestias a quienes no pueden votar ese día por residir en el extranjero, o por cuestiones de trabajo, evitando el voto por correo y se facilita la labor del día de hoy mediante un sistema que no requiere de mucho control, sino el de asegurarnos de la identidad del votante y que utiliza el sistema del voto electrónico mediante el control de su identidad en cada mesa electoral donde ejercería su voto en los dispositivos electrónicos habilitados si no se ha querido llevar a cabo por su domicilio electrónico. Algún día llegará, pues, pero mientras tanto nos queda un largo día de trabajo, esfuerzo y responsabilidad para el día de hoy.