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En el día de la esclerosis múltiple

¿En qué consiste? Es una enfermedad, por fortuna no muy frecuente, pero muy molesta porque altera la vida de los afectados por ella. Se estima que en España hay 46.000 enfermos, unos 600.000 en Europa y unos dos millones y medio en el mundo. No sé si es usted muy aficionado a las películas en serie de la televisión, pero hace poco se exhibía una que se titulaba «El ala oeste de la Casa Blanca» en la que el protagonista era un presidente de Estados Unidos que la padecía, lo que le producía disconfort y alteraba su entorno.

¿Cómo se origina? En ella se produce un daño de las estructuras del sistema nervioso, que contienen meilina, que es una vaina aislante que envuelve las fibras nerviosas que comunican unas neuronas con otras. Esa lesión puede localizarse tanto en la masa encefálica, que tenemos en la cabeza, bajo la calavera, en el llamado cerebro, como en la medula espinal, ubicada dentro de la columna vertebral. En la zona de daño se produce una especie de cicatriz, que le da el nombre de esclerosis. El apellido de la enfermedad es múltiple porque pueden lesionarse varios lugares a la vez o sucesivamente. Las cicatrices o esclerosis alteran la función normal del tejido nervioso afectado, de forma que en función de la zona lesionada se producen unos síntomas variables.

¿Por qué surge? En otro artículo comenté que todos tenemos unas estructuras que forman lo que llamamos el sistema inmunitario o inmune, lo componen los linfocitos y los monocitos o los macrófagos existentes en la sangre y en órganos como la médula de los huesos, el bazo, el hígado o los vasos linfáticos o los ganglios linfáticos o adenopatías, distribuidos por todo nuestro cuerpo. El sistema inmunitario o inmune se encarga de reconocernos, saber lo que hay dentro de nosotros, lo que somos nosotros y lo que puede haber en nosotros pero que no somos nosotros. Por ejemplo, si se nos trasplanta un órgano ajeno, o nos ponen una transfusión de sangre no compatible. Entonces las células de ese sistema reaccionan contra ello y tratan de destruirlo. Nos es de gran ayuda porque así destruye a las bacterias o virus que nos infectan, incluso anula alguna célula que, aún siendo nuestra está modificada y si crece, podría originar un cáncer.

Si el sistema inmune nos ayuda, ¿cómo puede generar la enfermedad?

El problema surge en algunas personas que tienen su sistema inmune alterado, entonces pueden sufrir infecciones por gérmenes poco agresivos (por ejemplo, si están infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana VIH). En otras ocasiones, ese sistema está mal regulado y les auto agrede, por ejemplo lesionándoles las articulaciones, como sucede en la artritis reumatoide, o la piel, articulaciones y riñones en el llamado lupus eritematoso sistémico. Entonces produce una enfermedad autoinmune. Una de ellas es la esclerosis múltiple, en la que ese sistema autoagrede, daña la mielina del sistema nervioso. Es como si nos equivocamos al conducir y por la autopista vamos por el carril equivocado, entonces podemos chocar y destruir un órgano.

¿Cómo se expresa? La esclerosis múltiple es más frecuente en las mujeres, hay dos mujeres afectas por cada hombre. De hecho, ese predominio femenino sucede con frecuencia en otras muchas enfermedades autoinmunes. Afecta a gente joven, entre tercera y cuarta década. Usted entiende que su expresión en formas de defectos es muy variable dependiendo de la zona dañada: suelen ser frecuentes las alteraciones del equilibrio y de la marcha, de la vista casi siempre porque ven doble o borroso, algunos tienen alterada la percepción de estímulos por ejemplo notan picores o acorchamientos en extremidades, a veces hay cansancio o fatiga, es decir tienen limitada la capacidad de esfuerzo, más raro es que vayan estreñidos o tengan micciones frecuentes.

¿Cómo se diagnostica?

Un experto, habitualmente un neurólogo, debe interpretar sus manifestaciones, explorar al enfermo y apoyarse en determinadas pruebas. En general, son de ayuda la resonancia nuclear magnética del cerebro y la médula, que detecta las zonas de cicatriz o esclerosis, los potenciales evocados y el estudio del líquido cefalorraquídeo.

¿Cómo evoluciona la enfermedad? Eso es muy variable, en ocasiones el enfermo tiene un único brote en su vida. Otras veces está estable y ocasionalmente tiene un brote. Otras veces va empeorando, y además tiene brotes. Cuanto más tiempo pasa sin que surja un brote es mejor, es una buena noticia porque ayuda a que no haya más brotes.

¿Ha habido progresos en el conocimiento y manejo de la enfermedad?

Muchos. Debe saber que hoy tenemos certeza que la enfermedad no se hereda ni se contagia. Tenemos medicamentos eficaces para parar un brote (glucocorticoides o extraerles plasma), también para evitar que surjan nuevos brotes: inmunomoduladores(que regulan la inmunidad) como el interferón, inmunosupresores y un tipo novedoso de fármacos denominados anticuerpos monoclonales. Además, hay otros muchos para combatir sus manifestaciones: fatiga, espasticidad, dolor neurópatico, estreñimiento, disfunción venosa, etc. Es cierto que muchos de ellos tienen efectos secundarios molestos, pero incluso para ellos hay tratamiento. Es posiblemente una de las enfermedades en la que más investigadores están implicados, y se plantean múltiples soluciones novedosas, como hacer un trasplante de células madres que regeneren las neuronas dañadas, aunque están en fase experimental. Todo esto puede complementarse, en algunos enfermos que puedan necesitarlo, con fisioterapia, apoyo emocional o terapia ocupacional.

(*) Firma también este artículo Rosario Martínez, neuróloga del Hospital Universitario de Sant Joan

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