Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Margot

En el mundo del arte, después de la guerra en España, se apagó cualquier comunicación librepensadora, era muy duro ser artista, pero mucho más para la mujer que pretendiera desarrollar una carrera con seriedad. No es que no hubiera mujeres, algunas iniciaron el camino para con el tiempo abandonarlo, primero estaban los hijos, el marido? Pero, sobre todo, se encontraban con el condicionante de la infravaloración de su persona y de su trabajo. El arte hecho por mujeres si no menospreciado, en la mayoría de los casos, era ninguneado. En todo caso, una mujer podía dedicarse a pintar, una actividad fina, elegante, pero la escultura, el martillo y el cincel, el barro, la obra monumental, solo estaban destinados a los hombres. En Alicante, la única posibilidad de formación abierta, durante esos duros años, fue la Escuela Sindical de Bellas Artes, un producto provinciano pero que respondía a las inquietudes de los alicantinos, ante la imposibilidad de constituir una Escuela superior de Bellas Artes. Algunas mujeres, Margot entre ellas, recibieron allí clases y formación en arte, mujeres que estuvieron dispuestas a emprender una carrera casi sin posibilidades de desarrollarla con amplitud y mucho menos poder vivir de ella. Pero en la lista de pintores posteriores a los años cincuenta, Baeza, Soler, Santana, Pérez Pizarro... no figura ninguna mujer. Curiosamente, ninguna consiguió ese mínimo estatus para ser identificada con una obra propia. Margot, en la escuela sindical, estuvo bajo la tutela de Martínez Mataix, y de Adrián Carrillo con el que colaboró y trabajó durante años en su estudio, donde aprendió las técnicas de modelado, de vaciado de moldes, etc., y, a pesar de todos los prejuicios sociales, también realizaba sus propios trabajos. Convirtió su casa en un pequeño taller donde realizaba experiencias en cerámica y sus figuras que luego fundía en bronce. En la creación de su propio estilo, con referencias al mismo Adrián Carrillo y a Henry Moore, la figura de la mujer fue su clara apuesta temática y formal.

Hoy ha fallecido Margot, una escultora cuya obra Despertar podemos ver en la playa del Postiguet. Una mujer que desarrolló una vida artística a pesar del desconocimiento social e institucional, o, en algún momento, de la condescendencia hacia la mujer que busca en el arte su expresión. Una artista que, en ese estado de permanente retiro, ya característico de los artistas alicantinos, estuvo trabajando con el deseo de materializar su visión del cuerpo femenino. El tiempo pasa, las personas pasan, y esta sociedad, la alicantina, una vez más, desconoce quién es quién. Una lástima que esto no lo puedan remediar los homenajes verbales a la artista fallecida, cuando no se ha realizado un verdadero trabajo para dar a conocer la realidad del arte en Alicante.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats