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Francisco Esquivel

Los árboles, ¿dejan ver..?

Para asistir a la firma de un acuerdo sobre el cambio climático, se desplazó hasta Bruselas dos meses atrás una embajada de la Dipu compuesta por seis representantes -4 pepé, 1 pesoe, 1 Ciudadanos-, elegidos por nosaltres, y varios asesores y técnicos más elegidos, en este caso, por ellos mismos. Si todos estos fueron para cambiar el clima, imagínense los que habrían ido para mantenerlo. El coste del viajecito está cifrado oficialmente en 14.250 euros, lo que equivale a 2.371.000,5 pesetas que, dicho así, jode más. Y todavía tenemos que dar gracias por una sencilla razón. La resolución con la que la expedición se vino bajo el brazo después de tres días de estancia y que el presi de esta aldea provincial vendió a bombo y platillo consistió en la promesa de plantar en la próxima década un millón de árboles por lo que, de haberse tenido que comprometer a plantar el doble, se habrían pegado seis días sin salir de la antigua Flandes. La pregunta que muchos canallas, sin alma ni corazón, se estarán haciendo en estos instantes es: caso de haber coincidido la reunión con las fechas posteriores a los atentados de París en los que la ciudad sede de las instituciones europeas fue tomada por el ejército y la poli proporcionándole un aire fantasmal, ¿habrían acudido nuestros barandas? Hombre, valor tienen.

Tanto, que uno de los viajeros del paquete y socio del equipo de gobierno, el de Ciudadanos, pertenece a una formación cuyo líder, aspirante a la Moncloa, tótem y lavado con perlán, no se cansa de repetir que, de lograr mandar, piensa dar boleto a las diputaciones, pero el de aquí dirá: mientras tanto... En el propio pacto de la Cumbre del Clima se reconoce que lo que se ha puesto sobre la mesa no es suficiente para reducir las emisiones. Viendo cómo se las gastan los emergentes, a saber cuándo se acabará con el calentamiento que tenemos.

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