Jaime Camino ha muerto. Novelista, guionista, productor y director de cine catalán, Camino fue uno de los fundadores de la Escuela de Barcelona ante el llamado nuevo cine español de Madrid que según decía «olía a cocido». Uno de los directores más masacrados por la censura en épocas postrímeras. España otra vez, Las largas vacaciones del 36 y Dragón Rapide tuvieron serios problemas con la censura a pesar de estar en prestigiosos festivales de cine.

No tiene Camino una amplia filmografía. Los felices 60, con también problemas con censura, Mañana será otro día, Un invierno en Mallorca (sobre los amores de Chopin y George Sand) y Mi profesora particular (con un jovenzuelo Serrat y Analía Gadé basada en la novela Tocar el piano mata) son algunos de sus títulos.

Tuve el honor de estrenarle en los minicines Astoria un magnífico documental sobre la Guerra Civil, La vieja memoria, en 1979 y volví a estrenarle años más tarde El largo invierno en 1991 con sus habituales guionistas Marsé y Gubern, siendo una pretendida prolongación de Las largas vacaciones del 36 con Vittorio Gassman. Cuando el estreno de La vieja memoria en Alicante me puse en contacto con Jaime para proponerle un preestreno con algunas de las personas que en la película daban su testimonio con escenas reales documentales. Pretendía que algunas de ellas, Dolores Ibárruri, José Luis de Vilallonga y alguno más que no hubiera fallecido acudieran para montar un coloquio abierto tras la proyección. Le pareció bien la idea pero nos fue tumbada a pesar de que estábamos en plena transición. La cosa estaba prevista para el 4 de agosto de 1978, día del estreno, cuando ya estaban constituidos los primeros municipios democráticos. No pudo ser. Fue una asignatura pendiente. Como curiosidad, la película fue la cuarta exhibida en Astoria 2 tras su inauguración.

A dos semanas escasas después tuvimos el primer aviso de bomba en las salas con la película Tiempo de ghetto sobre el holocausto en Polonia. Camino rodaría su último film Los niños de Rusia (2001) así como el homenaje a García Lorca en El balcón abierto. Se presentó al premio Nadal con La coraza que jamás se publicó. Por el contrario sí vio la luz Moriré en Nueva York.

Con la desaparición de Jaime Camino el cine español queda huérfano de un director que supo sacar jugo de nuestra Guerra Civil tanto a niveles documentales como argumentales.