Seis de diciembre de 2015? 37 años después de su aprobación mayoritaria por el pueblo Español, nuestra Constitución está de aniversario.

Aniversario especial ya que por caprichos del destino y del calendario, esta celebración se ve envuelta en campaña electoral de unas Elecciones Generales que se celebraran el próximo día 20 de diciembre. Politólogos y expertos en sociología electoral coinciden en que estas elecciones son las más reñidas de nuestra democracia, y ningún valiente se atreve a aventurar el desenlace de estos comicios, cuando a partir de las 20 horas del próximo día 20 las urnas se abran y empiecen a dictar los resultados electorales.

Pero como bien decía al principio, nuestra Carta Magna también está de campaña, pues en los últimos meses no ha sido ajena a propuestas e interpretaciones variadas por parte de las formaciones políticas en liza, así como también el desafío secesionista de cierta parte de la elite política catalana, lo que representa un ataque frontal a nuestro modelo de convivencia democrática en las cerca de cuatro décadas que gozamos de libertad.

La Constitución Española necesita un cambio, eso es evidente, sólo por propia regeneración y el paso del tiempo necesita la adaptación necesaria para conciliar las realidades del presente con los retos del futuro. No es menos cierto, que a la hora de cualquier modificación se necesita algo de perspectiva y memoria para recordar la generosidad y responsabilidad que tuvieron los constituyentes en asegurar un futuro armonioso y de progreso para la sociedad española.

Pero ese cambio necesario no puede ser fruto de la dialéctica mitinera ni de las estrategias demoscópicas de los partidos políticos, se necesita un cambio sensato y sosegado para no caer en equívocos y abrir un melón que pueda ser indigesto para la mayoría de los españoles.

A la mayoría parlamentaria que salga de los comicios del día 20 de diciembre, le corresponde la responsabilidad de concitar acuerdos y alianzas con el resto de fuerzas políticas parlamentarias para debatir con sosiego los cambios necesarios en la Norma Suprema del Ordenamiento Jurídico Español.

El Consejo de Estado ya se pronunció hace más de una década sobre los cambios debidos que habían de hacerse en el texto constitucional, cambios que pasaban por eliminar la prevalencia del hombre sobre la mujer en la herencia del trono real, incluir la denominación de las Comunidades Autónomas en el Titulo VIII y hacer una reforma del Senado para que sea una verdadera Cámara de representación territorial. A estos cambios ordinarios, deben establecerse en la agenda constitucional el encaje de los territorios históricos en nuestra nación, así como la ampliación de los derechos fundamentales de los españoles y las españolas.

Los derechos a la vivienda, la sanidad y ciertos servicios sociales como la Dependencia, tienen que tener una especial protección en nuestro marco Constitucional y ser una garantía de protección jurídica de los ciudadanos. Por eso es un aniversario especial, nuestra sociedad ya tiene madurez democrática propia de sociedades occidentales.

Si en algo coinciden los investigadores sociales, es que el tiempo de mayorías absolutas y gobernar a base de Decreto Ley ha terminado, el próximo parlamento va a tener una representación plural y multipartidista. Con arcos ideológicos de todas las tendencias y voluntades.

Pero el verdadero significado de estas próximas elecciones será el resultado del diálogo y el consenso, que van a tener que alcanzar los futuros representantes de la soberanía nacional para llegar a acuerdos fundamentales.

La reforma constitucional debe estar marcada como prioritaria en la próxima legislatura; ya no vale el inmovilismo y el mirar hacia otro lado para atajar los problemas y desafíos que tiene nuestro país en los próximos años. Por eso este 6 de diciembre es un aniversario especial, se avecinan cambios, estaremos atentos al camino que marque el pueblo español en las próximas semanas.