La ordenanza reguladora de actividades temporales con finalidad diversa en la vía pública (ordenanza de veladores) ahora en controversia, fue aprobada por el PP con los votos en contra del PSOE, y de IU, y la oposición frontal de todas las asociaciones vecinales de la ciudad. Esto fue así, porque a juicio de la oposición, se trataba de una ordenanza abusiva, de una ordenanza que pretendía convertir el espacio público en objeto de negocio voraz, sin tener en consideración los legítimos derechos de la ciudadanía.

Ya desde su entrada en vigor, y a pesar de que como ya he dicho se trataba de una regulación poco respetuosa con derechos fundamentales, que nuestra Constitución consagra, fue objeto de múltiples incumplimientos por parte de los empresarios de hostelería con el beneplácito del Gobierno municipal del Partido Popular, lo que provocó protestas vecinales, llegando estos a intervenir en el pleno municipal hasta en dos ocasiones. Todavía conservo una carta firmada por once asociaciones de vecinos, que reclamaban de manera contundente cambios significativos en la mencionada ordenanza. Recuerdo ahora como fue aplaudida una intervención del entonces concejal de la oposición y ahora vicealcalde Miguel Ángel Pavón en defensa de una ordenanza más equilibrada y respetuosa, y la recuerdo bien, porque fue una de las pocas ocasiones en las que yo mismo fui aplaudido cuando intervine en parecidos términos.

El Partido Popular, perdió la elecciones, y un nuevo equipo de Gobierno se ha instalado en la Casa Consistorial, parecería razonable, que aquellos que se opusieron de manera frontal a esta ordenanza iniciaran de manera inmediata un expediente en el que con la participación de todos los afectados se llevase a cabo un cambio de la misma en consonancia con sus propuestas, y por supuesto en la que se respetasen los derechos de la mayoría. Sin embargo, esto no ha sucedido; Miguel Ángel Pavón, consciente de la gran controversia que esto generaría, y me temo que sabedor de que no encontraría apoyo en un PSOE, absolutamente mediatizado por los intereses de los hosteleros (no olvidemos que el portavoz de la Asociación de los hosteleros, es al mismo tiempo portavoz de la ejecutiva de Echávarri) ha decidido como mal menor, hacer cumplir al menos la ordenanza. La reacción del gremio de hosteleros, en forma de amenazas, con pegada de carteles mendaces y anónimos incluida, no se ha hecho esperar. Lo acusan, ¡pásmense! De pretender que «se cumpla la ordenanza hasta el extremo», como si el cumplimiento de las normas estuviera sujeto a una suerte de escala gradual. Las normas se cumplen o no se cumplen, y si no se respetan deben estar sujetas a una sanción.

Entiendo aunque no comparto la reacción de los hosteleros, defienden sus intereses, si es preciso por encima de las leyes, está en la dinámica del capitalismo. Lo que no entiendo es la adhesión de los sindicatos. Pero sobre todo echo en falta el apoyo de las asociaciones vecinales de manera pública y contundente a Miguel Ángel Pavón, que está demostrando una firmeza y coherencia poco habituales en un representante público en la defensa de los intereses de la mayoría.