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De Toros

Decadente evolución del primer tercio

Tercio de varas, tercio de quites, como también se denomina a ese primer trámite de la lidia. Luego, siempre manteniendo el orden clásico, segundo tercio o de banderillas y tercio de muerte o de muleta. Aquel tercio de varas en que, martillo bravo contra yunque montado, se probaba la fortaleza y codicia del toro. Orgullo de criadores de reses de lidia de recia raigambre y orgullo por la divisa. Como feliz y siempre esperada consecuencia, el quite, los quites: al caballo con picador en riesgo o de competidor lucimiento. Tercio de varas que, por su raigambre de siglos, permite que el picador vista casaquilla de luces al igual que los matadores. Cuando nombres como Calderón o Badila, siglo XIX, figuraban en cartel con rasgos destacados. Con la puya de limoncillo, mucho menos lesiva que al actual de cruceta, requería amplia destreza y fortaleza de bíceps braquial para consumar la suerte y tratar de salvar al «despetado» caballo. Sin norma general reguladora, el limoncillo no satisfacía la ejecución de la suerte, por insegura, y hacía marrar demasiado. Hacia la decadente evolución...

En 1917 se lleva a cabo la sustitución del limoncillo por la puya de arandela, que viene a realizar el papel de tope y, se cree en principio, que se evitaría la introducción de la vara una vez superado el tope, tal cual solía suceder con el limoncillo. Con el tiempo se comprobó que, en ocasiones, la arandela era superada y se introducía parte de la vara. De esa reforma es también el trazado de la primera circunferencia en el ruedo para obligar a acudir al toro y no esperarlo, apoyado el caballo en tablas, una triquiñuela, y así ofrecer mayor resistencia al empuje del toro. Cuatro varas como mínimo y banderillas de fuego si no se cumple; para las novilladas, tres varas y fuego, refrendado por la norma de1933. Evolución del primer tercio...

En 1962, el reglamento exige un mínimo de tres varas en general, citando por derecho y ya con dos circunferencias concéntricas que distancian al toro del picador en el cite, tal cual la actualidad. Se sustituyen las banderillas de fuego por las negras, de arpón más lesivo, apenas en uso porque la norma acepta que se aminore el castigo si la debilidad del toro lo justifica. He ahí la gran trampa que coló el ya naciente «sistema». De ahí al desmonterado, un paso. Y de la arandela a la de cruceta. Decadencia...

Con la norma reciente, dos y un puyazo, según categoría de plaza, y un superpeto. De paso, suavidades de casta, sin codicia ni poder. Apenas sin quites, desmonterazos cotidianos, largas faenas y abundancia de avisos. Decadencia. Alicante. Diciembre.

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