La publicación este pasado jueves del estudio preelectoral del CIS, a unas horas de iniciarse oficialmente la campaña electoral, ha intensificado el debate a todos los niveles sobre los resultados de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Escuchas hablar del CIS en la tele y en la radio, en plazas reales y virtuales. También en palacios, seguro. Sin embargo, siempre hay datos que nos pasan desapercibidos porque los medios de comunicación o los obvian o los abordan sólo como algo secundario. De entre estos datos, haré referencia a dos cuestiones muy distintas: la fecha de realización del estudio, de un lado, y, de otro, las variaciones de las respuestas según el sexo de las personas encuestadas.

Respecto de la primera cuestión, el estudio de referencia del CIS se realizó entre el 27 de octubre y el 16 de noviembre. Ni siquiera se habían proclamado todavía las diferentes candidaturas en cada circunscripción electoral, pero, sobre todo, todavía no había tenido lugar el primero de los debates entre los líderes políticos de los partidos que presumiblemente acaparan un significativo porcentaje de voto. Me refiero al debate de la clamorosa ausencia de Rajoy (y la inadmisible exclusión de Garzón) y la casi desapercibida, excepto para miradas entrenadas, ausencia de mujeres. El debate a cuatro de mañana disimulará esta bochornosa ausencia porque Rajoy tramposamente ha decidido que sea la número dos de la lista quien lo sustituya. Bien habrían podido imitarlo el resto y enviar a sus número dos. Tendríamos mañana un debate entre tres candidatas (PP, PSOE, Podemos) y un candidato (Ciudadanos, que para algo se escribe con «o» y no con «a»).

Pero las ausencias de las mujeres no son sólo presenciales, sino materiales: los temas que más nos afectan no ocupan espacio en los debates ni en las entrevistas ni en los análisis o lo hacen de forma muy secundaria o absolutamente tangencial (incluso se miente descaradamente). Sin embargo (y aquí abordo la segunda cuestión), la población femenina es menos abstencionista pero más indecisa. A la pregunta sobre intención directa de voto sólo el PSOE resultaría más votado por las mujeres que por los hombres, dato que coincide con el grado de simpatía o con que lo sienten más cercano. Quizá sea porque hasta ahora sólo dos partidos se han alternado en el gobierno y respecto de políticas de igualdad no hay color entre uno y otro. Pero quien gana en intención directa de voto es la indecisión, que se sitúa en una media del 19,1%. Frente a un 15,8% de indecisos hay un 22,1% de indecisas. Ya ven, somos nosotras, las ausentes en todos los sentidos, quienes realmente decidiremos el 20D ¿Piensan seguir ignorándonos o relegándonos a un segundo plano?