Esta semana, aparecían dos noticias que ilustran bien cual puede ser la perspectiva de futuro del Estado de Bienestar en España. Por un lado, el Instituto Nacional de Estadística anunciaba que, por primera vez desde 1944, durante este año se registrarán más defunciones que nacimientos; por otro, se hacía público que el Gobierno ha dejado la «hucha de las pensiones» a la mitad, durante los últimos cuatro años (al pasar de cerca de 67.000 millones de euros a poco más de 34.000).

Empecemos por el déficit vegetativo. La duración de la crisis y el regreso de muchos emigrantes a sus respectivos países (con índices de natalidad más elevados), unido a la entrada en fase procreadora de una cohorte poco numerosa (la de los nacidos entre los años 1976 y 1995) auguran el inicio de un período de disminución de la población. Esto, combinado con un mantenimiento de la esperanza de vida, tiende a configurar una pirámide poblacional envejecida. Es decir, con un mayor crecimiento proporcional de pensionistas.

El problema viene a la hora de financiar ese desequilibrio: sabiendo que las pensiones actuales (crecientes en número y con mayor cuantía media) se pagan con los cotizantes del presente (con un menor sueldo medio, tras la crisis y los efectos de la reforma laboral), llegará un momento en que la caja de la Seguridad Social no podrá afrontarlo con garantías.

Así que preparémonos a ver, los próximos días, cómo los dos grandes partidos cortejan el voto de los electores mayores? para, a partir de 2016, poner sobre la mesa (en colaboración con los formaciones «nuevas») asuntos como el traspaso de las pensiones de viudedad a los Presupuestos del Estado (paso previo a su futura desaparición) y la rebaja sustancial de la pensión máxima, sea cual sea el tiempo cotizado. No lo dirán en ningún mitin electoral.

CÓMO LO VEN. A tan solo un mes del inicio de las primarias Republicanas, The Hill se hacía eco de un sondeo a nivel estadounidense donde se apuntaba que el multimillonario Donald Trump sigue por delante en las preferencias (con un 27% de apoyo), con la novedad de que el segundo (con un 17%) es un joven senador por Florida, Marco Rubio. Con un añadido interesante: es el precandidato que presenta un mejor balance en cuanto a rechazos (apenas un 8%, frente a un 66% que lo ve favorablemente).

Bild publicaba una encuesta donde cerca de la mitad de los alemanes (un 48%) se oponía a que la actual canciller alemana, la democristiana Angela Merkel, optara a un nuevo mandato electoral (en 2017). La causa estriba en la gestión de la crisis de los refugiados sirios, que ha contribuido a una notable caída de la popularidad de Merkel (además de alimentar el crecimiento de grupos extremistas y racistas; sobre todo, en el este de Alemania).

CÓMO NOS VEN. Bloomberg destacaba, a raíz de las encuestas, que el sistema electoral español favorece de manera intencionada el voto del elector mayor (en especial, el que vive en circunscripciones poco pobladas -como Soria: donde solo hacen falta 16.000 votos para lograr un escaño, frente a los 90.000 necesarios en Madrid). Es por ello que el actual presidente, Mariano Rajoy, se ha dedicado a cuidar a este tipo de votante (al incrementar las pensiones por delante de la mejora de la educación o de la investigación).

Financial Times mantenía un encuentro con Pablo Iglesias, el líder de Podemos, a pocas semanas de las elecciones y destacaba que algunos poderes les tienen «miedo» porque hay un proyecto tras él, ya que no dispone ni de ejército ni de influencias. También cree que puede conseguir el voto de gente que está en desacuerdo con su modo de pensar pero, al mismo tiempo, le ven capaz de combatir la corrupción desde las instituciones.

QUÉ SE CUECE. Marketing Directo destacaba que YouTube Red, el servicio de suscripción de pago creado por Google para esta red social, pretende ser un claro competidor de la todopoderosa Netflix. Es decir, sus suscriptores tendrán acceso a ciertos contenidos desarrollados específicamente para la plataforma, con series y programas protagonizados por los youtubers internacionales más exitosos.

Clases de Periodismo resaltaba la reflexión de la periodista chilena Constanza Sturm, sobre el cambio que se ha producido en el trabajo del redactor. Antes, un periodista terminaba el texto, lo publicaba y pasaba al siguiente tema; ahora, la información «vive» mucho tiempo (alguien puede leerla en Internet meses después de escribirse), el usuario la comentará (y el periodista debe tener respuestas para los comentarios que se le hagan) y el redactor ha de tener un plan para distribuir el texto en diferentes soportes.