La declaración del Palmeral como Patrimonio de la Humanidad ha significado un reconocimiento al trabajo que durante años nuestros antepasados han desarrollado en los distintos huertos que constituyen este patrimonio verde, pulmón de nuestra ciudad y vergel del Vinalopó.

Todos los ilicitanos nos sentimos orgullosos de nuestro palmeral y agradecidos por el merecido reconocimiento. Es nuestra seña de identidad y nuestro tesoro natural más preciado que ha llegado hasta nuestros días para mostrarnos la grandeza del lugar en el que vivimos.

Durante años, los palmereros supieron trabajar los huertos, realizar todos los cuidados que precisaban las palmeras, manteniendo el sistema de riego tradicional, dando diferentes usos a todas y cada una de las partes de la palmera, aprovechando de ella todo y recolectando los preciados dátiles.

Todos hemos trabajado por nuestro Palmeral, cada uno desde su ámbito, para pasar a nuestras futuras generaciones el legado heredado. Un trabajo que a día de hoy se mantiene vivo, que nuestros antepasados han sabido transmitir, cuidar y enseñar para comprender la magnitud de este Patrimonio de la Humanidad.

Sin embargo, todos debemos trabajar en el mismo sentido. Todos, desde todos los ámbitos sociales. En la pasada legislatura pusimos en marcha muchas acciones con el objetivo de salvar el Palmeral de su mayor amenaza, el picudo. Han sido muchas las acciones iniciadas hace ya cuatro años, como los tratamientos fitosanitarios, de los que ahora ni se da cuenta, ni se sabe si se hacen o no, o los tratamientos biológicos, que por vez primera se realizaron y probaron con éxito en Elche, o los nuevos tratamientos fruto de la investigación y la persistencia para que se autorizarán por parte del Ministerio.

Ahora es necesario continuar cuidando nuestro Palmeral y defenderlo del picudo, la paysandisia o cualquier otra plaga o enfermedad que lo amenacen, pero también es necesario seguir realizando campañas de plantación de palmeras, de reproducción de nuevos ejemplares, apoyando a los palmereros, ayudando a los propietarios de palmeras infectadas, estando al lado de los viveristas y apoyando a los cultivadores del dátil. Nosotros lo hicimos cuando tuvimos responsabilidades de gobierno municipal, porque todos y cada uno de ellos viven del Palmeral, aman las palmeras y desean más que nadie que este Patrimonio perdure en el tiempo por los siglos.

Es necesario contar con todos, sin exclusión, porque todos sumamos, y si algo ha caracterizado la gestión del equipo de Mercedes Alonso en la pasada legislatura fue sumar y multiplicar acciones para luchar contra el picudo y defender el palmeral de sus amenazas. Trabajar por un bien común como es nuestro Palmeral debe ser la máxima prioridad de todo aquel que está al frente del Ayuntamiento.

A día de hoy desconocemos los trabajos que se realizan, en qué consisten, cuál es la hoja de ruta a seguir y de qué manera van a trabajar para poder controlar la plaga. Seis meses después sólo obtenemos la nada por respuesta. Y en cuestión de nuestro Palmeral y de las amenazas que en él existen no vale quedarse de brazos cruzados. No vale seguir viviendo en el pasado. Sólo vale trabajar y preocuparse por mantener vivo una de las partes más ricas e históricas de nuestra ciudad.

A todos nos gustaría celebrar este aniversario de por vida, porque todos los ilicitanos amamos nuestro Palmeral porque es nuestro símbolo característico en todo el mundo y que desde hace 15 años es considerado Patrimonio de la Humanidad. Hoy es día de celebración porque gracias a todos, hoy disfrutamos el palmeral.