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Marc Llorente

Metamorfosis de una actriz

Las heridas del viento

Teatro del Mediterráneo

Texto y direccio?n: Juan Carlos Rubio.

Reparto: Kiti Ma?nver y David Tortosa.

El personal proyecto del autor y director de esta pieza le empujó a abrir al público los ensayos o la evolución del proceso de creación y montaje. Una importante experiencia que puede servir de ejemplo en algunos casos. Y otra cosa destacada. El espectáculo se concibió para representarse en novedosos espacios con distancias cortas que permitan a los espectadores sentir la piel y el aliento de los dos únicos intérpretes. Imaginen una escenificación alternativa en el íntimo hall de cualquier sala teatral? No ha sido así en el Teatro del Mediterráneo (Aula de Cultura de Alicante), pero Las heridas del viento, de Juan Carlos Rubio, es la misma pieza interpretada por Kiti Mánver y David Tortosa. La emoción y la reflexión se funden en la abierta dramaturgia, y el contenido y la forma expresiva van de la mano en las escenas de la obra. El modo narrativo sale a la luz. Los actores nos muestran sus personajes junto a cuatro focos y unas sillas que se sitúan en un escenario que hace hincapié en la teatralidad. Ambos representan una vida ya vivida y escarban en el pasado al morir el padre de él, momento donde empieza a conocerle. «Un poco tarde», afirma, debido a la distancia o la incomunicación entre las personas. El joven descubre las pasionales cartas enviadas por un hombre a su progenitor. Y se producen los encuentros o desencuentros con aquel presunto amante para descubrir la verdad. Naturalmente, las apariencias pueden engañar hasta cierto punto. Por encima de todo, sobresale Kiti Mánver interpretando a un viejo e irónico varón como ingrediente esencial del menú. Homosexual en otros tiempos más difíciles, pero con varonil talante y los anhelos rotos. No sería lo mismo si ese papel no lo interpretara una gran actriz. El especial interés se centra en ello. La galardonada Mánver transita por la cuerda floja de la interpretación y da saltos mortales en las alturas del trapecio amparada con la red de su veteranía, de su capacidad de registros. De metamorfosis en este caso. Por dentro y por fuera. Tortosa ataca sobriamente y es el digno antagonista de una función, dirigida con exactitud, que levanta a la concurrencia de sus asientos.

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