Tiempos estos en que habrá que ir, ojo avizor, ante tantos desafíos a los que prestar atención y voluntad de ejercer firmeza vistos los desvaríos que, amplio campo de Agramante, se ciernen sobre la Fiesta y el ser histórico y tradicional de gran parte, la mayoría social, de ese rincón del suroeste de Europa que atiende, todavía, al nombre de España. Ese nombre de hondos sentires al que ciertos grupúsculos, más gritones que de amplias realidades numéricas, desdeñan pronunciar y echan mano del término «Estado», puro «totum revolutum» en el que tanto cabe un roto como un descosido. Menuda tropa. Se les llena la boca de la sacrosanta palabra «democracia» y ejercen de intolerantes ávidos de escarnios y violencias. Tales esos «oportunos» del manido «no a la guerra», es tiempo de elecciones, en estos lares. A ver cómo andan de «co..ngojos» y se dan un pacifista garbeo por donde los que rebanan gaznates nos la tienen jurada. Son ganas de dar por saco, en román paladino. Y para completar el cuadro, esa Generalitat que, firme en fastidiar todo lo alicantino, no cesa en su afán de ningunear y minimizar recursos. Desafío, desafío. Firmeza y unión...
El toreo, ciertamente, a qué engañarse, no pasa por sus mejores momentos. Falta más emoción encastada en la mayoría de los casos, lo que redunda en el mensaje que se transmite al aficionado. No hablemos de excepciones, la excusa del buenismo conformista, porque no se logra más que confirmar la regla. También sería conveniente abrir los carteles y dar opciones a valores que han demostrado de sobra que andan sobrados de méritos. Con boca quizás demasiado pequeña, los del «sistema» adelantan que en el ánimo de los organizadores está el más o menos firme propósito de que eso ocurra y dotar así de mayor variedad el atractivo de la cartelería. El peligro de la realidad de la Fiesta no reside en sus vociferantes contrarios, sino en la rutina y el conformismo de las ferias más que en el zancadilleo de algunas prohibiciones a cargo de mandones de la cosa pública, tan antitaurinos como antinavideños, que, con tal de fastidiar y no respetar tradiciones, de la mayoría, ojo, a todo lo «anti» se apuntan esos progretas de chicha y nabo. Efímera y esmirriada victoria que les durará lo que unas venideras elecciones. Apenas una corta serie de años. Firmeza y unión ante el desafío...
Con Sevilla en paz y concordia con los primeros espadas, Pamplona adelanta las divisas de su San Fermín. A ver qué «anti» se atreve a cuestionarlo, Valencia anda en intenciones de adelantar la fallera cartelería, se dan movimientos de apoderamientos y cambios de cuadrillas y las «peñas» premian y homenajean a ganaderos y toreros, la Fiesta camina. Con firmeza y unión. Alicante. Noviembre.
