Por iniciativa del papa Francisco, el día 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María, se inicia el Año de la Misericordia, que concluirá el 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Este Año Santo presenta las dos caras de la Misericordia divina: la cara de la «gran perdonanza», que Dios ofrece al pueblo y la cara del «perdón mutuo», que los hombres debemos ofrecernos, los unos a los otros. Por este motivo, el lema de este año es «Misericordiosos como el Padre». No es ningún secreto reconocer que, en nuestro tiempo, son muchos los hermanos nuestros que se encuentran fuera de la Iglesia o al borde de ella y que tienen graves problemas de fe. Dios les brinda la ocasión, en este Año Jubilar, de retornar a la fe y a la práctica de la vida cristiana. El papa Francisco, lo ha explicado claramente cuando anunció el Año Santo de la Misericordia. Lo queremos vivir devotamente. Esto fue el 13 de marzo de 2015. Dijo: «Será un Año Santo de la Misericordia». Lo queremos vivir a la luz de la palabra del Señor. Estoy convencido de que toda la Iglesia tiene gran necesidad de recibir Misericordia, porque somos pecadores, y en este Jubileo podremos encontrar la alegría del perdón de Dios, que dará consuelo a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo». La segunda faceta de la Misericordia es el perdón mutuo y la ayuda recíproca. En nuestro tiempo se están produciendo guerras terribles entre diversos países. No hay más que asomarse a los medios de comunicación social. Además, hay muchas necesidades materiales agobiantes en muchos países. No hay más que fijarse en el terrible problema de la inmigración, que afecta a miles de hombres, mujeres y niños, que buscan una acogida en los pueblos más ricos, para resolver sus necesidades tremendas. Este aspecto es la segunda parte del Año de la Misericordia, en que debemos aprender a remediar las necesidades de todas clases, para que puedan vivir una vida digna, como Dios quiere. Este panorama es el que nos ofrece el Año Jubilar de la Misericordia, para dar alegría a todos.