Hemos lanzado esta afirmación reiteradamente en artículos y conferencias en distintos foros. España todavía sigue en crisis a pesar de los mensajes triunfalistas del Gobierno.

Por fin un representante, de «peso», de este Gobierno, lanza un mensaje objetivo sobre la realidad económica de nuestro país. A menos de un mes para las elecciones generales, Luis de Guindos, ministro de Economía, «ha tirado» por tierra uno de los discursos más repetidos por Mariano Rajoy y uno de los argumentos electorales: la salida de la crisis gracias a la gestión del Partido Popular. De Guindos ha admitido que todavía no se ha salido de la crisis en una conferencia en el Museo Santiago Rey-Fernández Latorre. «La crisis sigue porque no se han recuperado los niveles de renta de antes y tenemos dos millones menos de puestos de trabajo», ha comentado.

Si bien ha defendido que España está creciendo de «forma equilibrada, con mucha creación de empleo» y que España «crece casi el triple de la zona euro».

Unas declaraciones que chocan con el «hemos superado la crisis económica» que llevó justo hace un año el presidente del Gobierno ante los diputados en el Congreso. O con el «España ha sabido superar la mayor crisis sin que nadie quedara al borde del camino», que declaró el propio Rajoy en octubre cuando anunció la convocatoria oficial de las elecciones.

Pero no sólo el líder «popular» ha llevado la bandera del discurso triunfista sino que otros miembros del partido como Rafael Catalá, ministro de Justicia, defiende esa salida: «Hemos salido de la crisis gracias al Gobierno de Mariano Rajoy y al esfuerzo de los ciudadanos».

De hecho, hace dos años, en plena legislatura, el PP movió una consigna entre sus miembros para impulsar el discurso que matiza hoy De Guindos. «El esfuerzo de todos permite a España salir de la crisis», era el título que llevaba el email corporativo que publicó eldiario.es. O sin ir más lejos el conocido vídeo en el que Rajoy, en un salón junto a sus «hombres fuertes», llegaba a la conclusión que el problema de que no haya llegado esa recuperación a la calle era la «falta de piel» para contar los logros del Gobierno.

No es la primera vez que De Guindos no cumple con ese discurso «oficialista». El pasado julio, el titular de la cartera económica rebajó el optimismo del Gobierno afirmando ante los medios: «No hemos salido de la crisis, hemos salido de la recesión». Aun así, en esta última ocasión, ha defendido que España «está creciendo de forma equilibrada, con mucha creación de empleo» y ha recalcado que la inversión «es el motor fundamental del crecimiento». Los grandes diarios financieros y no financieros del mundo dedican páginas para hablar de la recuperación y los detalles que hay detrás de los buenos datos «macro». Los puntos de vista son variados, mientras que unos medios alaban la recuperación otros la critican por la forma en que se está produciendo.

Nos mostramos algo críticos con la salida de España de la crisis. Aunque reconocemos que el Gobierno ha realizado reformas duras y que algunas de ellas han sido positivas, debemos reconocer que la recuperación no se está sintiendo en gran parte de la población. La crisis económica no ha terminado en España aún, ya que los indicadores han convencido e impresionado a los mercados pero no a los ciudadanos.

España tiene mucho que hacer. El déficit público continúa entre los más altos de la Eurozona aunque se está reduciendo gradualmente, pero se debe más a un componente cíclico que estructural. El crecimiento ha comenzado a depender demasiado de la demanda interna, lo que está impulsando de nuevo las importaciones. Esta situación vuelve a poner en peligro el saldo de la cuenta corriente. Aunque el país está creciendo mucho más deprisa que la Eurozona como conjunto, el desempleo continúa siendo uno de los más elevados del bloque.

En el segundo trimestre de este año, la tasa de paro aún está en el 22,4%. Además, la caída del desempleo está liderada por unos salarios muy bajos y la emigración. La población no está sintiendo ningún beneficio real de esta recuperación. Importante también destacar el elevado déficit con el que se está saliendo de la crisis y el peligro que supone la inestabilidad política futura ante el auge de partidos emergentes.

Por último debemos señalar, como algo muy importante, que los elevados impuestos y el estancamiento económico de los últimos años ha avivado la economía sumergida. Mientras que los países del norte de Europa promueven el pago con tarjeta y las transferencias electrónicas, en España y otros países del sur prefieren aceptar efectivo con el objetivo de eludir el pago del IVA.

La economía sumergida española supone una quinta parte del PIB. Los inspectores de Hacienda y los trabajadores de la Agencia Tributaria buscan con insistencia a trabajadores o empresarios que estén eludiendo el pago de impuestos. Pero el ejemplo de grandes personalidades del país que han defraudado al fisco, no es bueno para erradicar la economía sumergida. Solo debemos fijarnos en el ejemplo que nos dan, entre otros, la hermana del Rey Felipe VI, el futbolista Lionel Messi o que el fuera presidente del FMI, Rodrigo Rato.