Llama la atención que el programa estrella de la televisión pública española consista en un grupo de entrevistas que su conductor, el cantante Bertín Osborne, realiza según consta en la página web del programa a «personajes relevantes de diversos ámbitos» con un pretendido barniz campechano, pero que en realidad deja a la vista que la mayor parte de preguntas que se han hecho hayan sido, por lo menos hasta ahora, poco esclarecedoras de su pensamiento a cerca de la situación económica y social en que se encuentran la ciudadanía española. Suponemos que tiene que ver con el hecho de que la mayoría de ellos respondan al perfil de lo que los actuales responsables de la RTVE piensan que representa a la sociedad española en las actuales circunstancias. Así, hemos visto desfilar por el sofá de Bertín Osborne a toreros, folclóricas, cantantes de moda y algún actor a los que hay que añadir la inexplicable presencia de una nieta del que fuera dictador de España durante cuarenta años, representación de lo más rancio de nuestra historia.

El formato podría haber sido de gran interés si de verdad se hubiese hecho con la intención de constituir una radiografía de la España actual, pudiendo haberse invitado a personalidades de la cultura así como a referentes éticos y morales y del pensamiento. En vez de ello se ha hecho un tótum revolútum de invitados con la característica común de que tienen todos una forma de ser poco combativa con la injusticia y con el poder ejercido de manera incorrecta por algunas de las instituciones de nuestro país. En cambio, muestran un carácter afable que tanto gusta al Gobierno actual, que no quiere que se hable del cambio que se ha producido, aprovechando la crisis, en el campo del Derecho del Trabajo, en las ayudas a la dependencia, disminuyéndolas radicalmente, o en el deterioro institucional promovido por la actuación del Partido Popular.

No objetamos la elección de Bertín Osborne como presentador ya que se comporta y habla de manera acorde con su forma de ser, es decir, como piensa, no escondiendo sus opiniones, con las que podremos estar de acuerdo o no, respecto a cualquier tema que pueda surgir durante las charlas que mantiene con sus invitados. Además, tenemos muy presente la fundación que puso en marcha hace algunos años (www.fundacionbertinosborne.org) para ayudar a las familias de niños con daño cerebral con motivo de la grave negligencia causada a su hijo Kike por un médico privado que desapareció cuando se dio cuenta de su error. Afortunadamente en España existe la sanidad pública. Su defensa de las ayudas a la dependencia la consideramos encomiable y muy importante habida cuenta su evidente conexión con políticos de la derecha española.

Se puede considerar, por tanto, que con este programa RTVE resume cuál ha sido la intención de su actual presidente, José Antonio Sánchez Domínguez, desde que fue nombrado por el Partido Popular de manera individual rompiendo por tanto el consenso que en materia de nombramiento del máximo responsable de la televisión pública aprobó el anterior Gobierno socialista cuando llegó al poder, dando término el PP a la antigua trayectoria de calidad de los programas de noticias y de entrevistas y, en general, a de todo aquello que tenga que ver con la información y con la posibilidad de que la sociedad pueda dudar de la versión que se da desde la rueda de prensa que se celebra tras el Consejo de Ministros cada viernes.

Por otra parte, uno de los pocos programas cuyo tema principal es la literatura, Libros con uasabi dirigido por Fernando Sánchez Dragó y coordinado por Javier Redondo Jordán, ha sido relegado al mediodía de los domingos del segundo canal de la televisión pública. Dice mucho de los responsables directos de RTVE y del partido político que sustenta al actual Gobierno que se quiera potenciar un programa de entrevistas light emitiendo En la tuya o en la mía en prime time mientras programas de referencia en la historia de nuestra televisión como Informe Semanal prácticamente han desaparecido de la programación.

Resulta esclarecedor que en una próxima emisión del programa de Bertín Osborne sea Mariano Rajoy el invitado o que recientemente haya acudido a una tertulia radiofónica de fútbol y al mismo tiempo haya renunciado a asistir al debate entre las cuatro principales fuerzas políticas organizado por una cadena de televisión privada el próximo 7 de diciembre en horario de máxima audiencia enviando al efecto a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Viene esta ausencia a aumentar el déficit democrático sin precedentes en la historia de nuestra joven democracia que el Partido Popular ha construido desde que Mariano Rajoy consiguió la mayoría absoluta. Un presidente que no rinde cuentas en el parlamento español y que no es capaz de acudir a un debate de máxima importancia pero sí a un programa de variedades se arriesga a que los ciudadanos, en las próximas elecciones generales, concedan a su candidatura la misma importancia que él concede a la voluntad de los votantes de conocer sus propuestas antes de decidir si quieren votar al partido por el que se presenta.