A Raúl le conozco desde hace muchos años, estábamos juntos en la cantera del Atlético de Madrid y llegamos a la vez al Real Madrid. Es un tipo con una inteligencia muy grande, tanto dentro como fuera del campo. Supo cuándo tenía que irse y dónde. En el césped no hacía nada que no tuviera que hacer. No era un 10 como Maradona o Zidane, pero sabía cuáles eran sus virtudes y las explotaba al máximo. Y sus defectos era muy difícil verlos. Estar tantos años al máximo nivel en uno de los clubes más grandes del mundo está al alcance de muy pocos y su palmarés también. Se va un grande.