Se acaban de cumplir cinco meses de legislatura. Desde el Partido Popular consideramos que es a los vecinos de San Vicente a quien corresponde hacer balance de los primeros 150 días del cuatripartito al frente del Ayuntamiento. No obstante, creemos pertinente hacer algunas consideraciones para saber cuál es la situación de partida y qué nos puede deparar el futuro.

El Partido Popular ha dejado un ayuntamiento saneado económicamente, con unos impuestos ajustados para cubrir los servicios que se prestan, unos servicios sociales y de educación que son una referencia para otros municipios y unas infraestructuras que han transformado San Vicente, algo que reconoce prácticamente todo el mundo.

Además, el cuatripartito ha recibido en herencia proyectos por valor de casi 4 millones de euros para continuar desarrollando un modelo de ciudad que el Partido Popular siempre ha tenido claro. Confiamos en que los cuatro partidos que forman parte del Gobierno municipal definan cuál es su propuesta para San Vicente, hacia dónde se dirige nuestro municipio.

Los cinco primeros meses del cuatripartito se han caracterizado, en general, por la continuidad. Y lo agradecemos. Porque la política en materia de impuestos y tasas apenas ha variado. Porque los programas sociales que implantó el PP se han mantenido. Porque la mayoría de las inversiones en obras necesarias y muy demandadas por los vecinos continúan. Todo esto confirma que las políticas del Partido Popular en los últimos años no estaban tan alejadas de los ciudadanos como desde la oposición intentaron hacer creer.

Continuidad, sí. Pero también llevamos cinco meses de descoordinación, improvisación y engaño. Descoordinación es que un concejal prometa a los vecinos de Ciudad Jardín que van a trasplantar los árboles y otro decida talarlos alegando que es inviable. Improvisación es cambiar una obra como la de la calle Villafranqueza por otra que lo único que consigue es que una no se haga y la otra, que es prioritaria, se retrase un año. Engañar a los ciudadanos es presentarse a las elecciones prometiendo bajar la basura un 18% en cien días y acabar bajándola el 6%, excluyendo además a los vecinos del extrarradio y a comercios, restaurantes, oficinas, bares o despachos.

Esto son solo tres ejemplos de la 'nueva' forma de gobernar. Pero los vecinos están pidiendo otra cosa. Menos propaganda y más limpieza en las calles. Menos fotos de cara a la galería y más participación real de los ciudadanos, con el desarrollo del reglamento de Participación Ciudadana aprobado por el PP. Menos mociones que ponen en riesgo nuestras tradiciones y más decisiones que mejoren la vida de los ciudadanos.

Desde el Partido Popular, como fuerza política más votada en las elecciones municipales, vamos a seguir pendientes y vigilantes del uso que se hace de los impuestos, ya que se están comprometiendo importantes sumas de dinero a pagar servicios que no son de competencia municipal. El PP dejó un ayuntamiento saneado y con unos servicios seguro que mejorables, pero que son la envidia de muchos municipios. Lo que pedimos al cuatripartito, y en particular a su alcalde, es que ejerza como tal. Que establezca un rumbo y que dirija el equipo de gobierno, evitando ocurrencias que puedan poner en riesgo el desarrollo futuro de una ciudad viva y dinámica.