De aquí al 20 de diciembre nos van a llover a manta sondeos, encuestas, pronósticos o predicciones. La gota fría de sondeos. Y, todos científicos, faltaría más. Ante el aluvión uno puede abrir el paraguas hasta que escampe o tomárselo con flema británica y apostar que es el deporte nacional en las islas. Apuestan sobre casi todo y el resultado de las elecciones no iba a escapar del deporte nacional británico: las apuestas. Lo nuestro, es más la lotería, mas la del día 22, la de Navidad, que la del 20. Aunque ambas tenga «pedrea». En las apuestas, no pasamos de las quinielas. Pero los británicos en eso, como en otras cosas, son muy suyos.

Por si les da por apostar sobre resultados electorales, sobre si éste o aquel estudio va a acertar, antes de aventurar un pronóstico me he permitido traer aquí unas observaciones por si les sirven de algo.

Primero: empiecen a leer los sondeos electorales por la ficha técnica. Es un requisito legal y profesional, porque las exigencias técnicas condicionan todo lo demás. Y las exigencias técnicas están condicionadas por el presupuesto del que disponga el curioso que ha encargado el trabajo. Si no hay ficha técnica ya puede pasar mucho del sondeo. En las encuestas de las teles rara vez hablan de eso.

Segundo: la muestra se obtiene entre los residentes mayores de 18 años. En general los españoles en el extranjero ahora votan más a la izquierda.

Tercero: el tamaño de la muestra que también figura en la ficha técnica es un dato importante. Cualquier muestra debe ser aleatoria y no menor de novecientas personas -en el Barómetro del CIS, por ejemplo, son 2.500 las entrevistas-. Si son menos, puede seguir leyendo pero como entretenimiento, incluso divertimento.

Cuarto: la elección de las personas de la muestra debe ser aleatoria, como el sorteo de la lotería. Eso es fundamental, si no es aleatoria la encuesta le servirá para echarse unas risas y poco más. Y debe ser proporcional, al menos por sexo y grupos de edad; mejor si además es proporcional también al tamaño de la ciudad en que vive el entrevistado, y por comunidades autónomas. Si Andalucía tiene seis veces más electores que Murcia, entonces en la muestra deberá haber seis veces más andaluces que murcianos. Si no se respeta la proporcionalidad el resultado será sesgado.

Quinto: si la muestra está en torno a mil verá que el nivel de confianza más frecuente es el 95,5%; eso significa que acertará en lo que piensan votar los españoles de cada mil veces que coja muestras de ese tamaño en 955. Y, generalmente, el margen de error será de más/menos 2,5%. Para los datos totales el margen de error es ese. Por ejemplo, si con el sondeo prevé que la participación será del 65% añadiendo el margen de error podemos decir que estará entre el 62,5 y el 67,5%. Insisto para los datos totales, para los otros el margen de error aumenta.

Sexto: las entrevistas pueden ser personales, estas son las mejores, o telefónicas. Con los teléfonos fijos sabemos en qué comunidad, ciudad, etcétera, está el entrevistado, y antes casi todas las familias tenían, ahora no. Una tercera parte de los hogares no tiene, y son los hogares con menos recursos, por lo que el resultado estará escorado hacia la derecha. Ahora empiezan a complementar los sondeos telefónicos con llamadas a móviles, pero ese es otro cantar que debe figurar en la ficha.

Si no le convence ninguno haga el suyo propio. Coja los resultados provinciales de las últimas autonómicas o municipales y pronostique los diputados que salen para el Congreso: le saldrá 4-3-2-2-1 para PP, PSOE, Compromís, C's y Podemos. Como estos van ahora con Compromís sería 4-4-3-1, el diputado 12 estaría entre PP y Compromís.

El personal cambia poco y lentamente de opinión, de voto, de partido. Aunque últimamente hay más gente dispuesta a cambiar, sigue siendo importante tener en cuenta las tendencias. Los medios de comunicación están para informar, formar, fomentar la vida económica y entretener. Al menos, eso nos enseñaron en la facultad. Con los estudios de opinión la teoría se cumple: forman la opinión pública y, además la orientan haciendo verosímiles algunas opciones; también informan especialmente los sondeos más rigurosos, como el del CIS; fomentan la vida económica, está claro los sociólogos tenemos que trabajar y, en el peor de los casos, entretienen y divierten. Aprovechen para echarse unas risas o para hacer juego. Envite o farol.