Si yo fuera uno de los implicados, no estaría muy contento, porque el archivo por prescripción deja una sombra de duda. En este asunto son muchos los factores que confluyeron en su día, tanto económicos y jurídicos, como políticos, y conviene recordarlos. Primero, la Audiencia Nacional falló que hubo irregularidades, y por tanto las hubo; ahora bien, eso puede querer decir mala gestión (vía civil) y no malversación (vía penal); segundo, la Diputación denunció al juzgado y luego se quedó al margen, lo cual huele a trasfondo político; y tercero, en aquella época el PP intentaba como fuera desgastar a Marset para que el PSOE perdiera la Alcaldía de Cocentaina, que habría pasado a manos de José Alberto Cortés. Por cierto esto último no ocurrió y de hecho, en 2015, los populares aún no han logrado su objetivo...
Así las cosas, posiblemente se esté escribiendo hoy el último capítulo del Ceder, que nos retrotrae a otra época, en la que, por ejemplo, existían la Caja de Ahorros del Mediterráneo y el Banco de Alicante. ¡Qué tiempos!
