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Marc Llorente

Sentimiento contemporáneo

Buen ambiente de público para ver una amplia selección de estilos y formas en el Teatro del Mediterráneo

Almas

Teatro Mediterráneo

Con Danza Española Aída Gómez.

Buen ambiente de público para ver una amplia selección de estilos y formas en el Teatro del Mediterráneo (Aula de Cultura de Alicante). Nuevamente estuvo entre nosotros la Compañía de Danza Española Aída Gómez, que comenzó a dar sus primeros pasos en 1997. La coreógrafa y bailarina madrileña obtuvo el Premio Nacional de Danza 2004, entre otros galardones conseguidos, y aquí sólo interviene en Fandango y Alegrías, los dos números finales. Para muestra puede valer un botón. Y este espectáculo demuestra la estilizada marca de la casa. Los espectadores aguardaban su presencia pero bailó poco. Ahora bien, su estilo ágil y ligero de peso está presente desde el primer minuto. Arranca el bailarín Christian Lozano y descubre las intenciones claves del equipo de Aída con la capacidad de apertura y las nuevas sendas de la danza española. Sucesivamente desfilan los demás componentes del conjunto, esgrimiendo la bandera de la fusión dancística, y podemos ver ese contemporáneo carácter de alta calidad. Las pinceladas neoclásicas se funden con los modos del baile español y las maneras del flamenco en los diferentes números, como Bolero 1830, Goyescas, La vida breve, Pasodoble, Tangos Carmen y otros. Esto es Almas, bajo las variaciones coreográficas de Mariemma, Aída Gómez, Christian Lozano, Eduardo Guerrero y Rubén Olmo, y donde es posible comprobar el nivel del elenco y de algunas individualidades. Yolanda Murillo, María Martín o Víctor Martín. Sobresalen Christian Lozano y naturalmente, a pesar de su escasa participación, Aída Gómez. El bailarín se desenvuelve como pez en el agua, con pleno sentimiento y depuradísima técnica. Los braceos, la variedad de giros o la sutilidad de su zapateado brillan con la frescura y la naturalidad de los grandes. El alma de la bailarina se siente. La gracia escénica de Aída, su seductora mirada, el juego con el mantón, la expresión de los brazos, de las manos y de todo su cuerpo están por delante de otras compañías con una rúbrica más convencional. Boccherini, Albéniz, Granados, De Falla o Tomatito imprimen el soplo musical de vida que los bailarines requieren.

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