Terminado el largo y cálido verano que afortunadamente hemos podido pasar en Santa Pola disfrutando de las más que templadas aguas del Mediterráneo, una retorna a Elche con el deseo de reintegrase a la vida habitual, que no rutinaria al menos para la que esto escribe, con la esperanza de encontrar nuevas y atractivas ofertas de actividades culturales propiciadas por el nuevo gobierno municipal.

Dado que la deformación profesional imprime carácter a mi regreso de la playa en septiembre, como ha sido mi costumbre durante cuarenta años, me pongo a programar no mis clases pero sí algo más atractivo, mi tiempo de ocio. Lo primero que hago es entrar en la página web del Ayuntamiento para ver si el tema que me interesa ha mejorado. ¡Qué decepción! La información de la página cultural continúa siendo penosa y deficiente, allí me encuentro con una agenda mono informativa en la que únicamente se da cuenta de las actividades del Gran Teatro, a su lado aparece la programación del Odeón y de la OSCE, y además se anuncian dos conciertos que se habían celebrado antes de verano (prueba de la actualización de la página).

La información que obtuve en la web fue nula porque ya obraban en mi poder los folletos del Gran Teatro y del Odeón y eso era lo único que ofrecía la página. ¡Qué desencanto! vuelvo a repetir,esperaba que el nuevo Ayuntamiento ofreciera alguna novedad más agradable y atractiva.

El segundo desencanto llegó después de leer los folletos. Las programaciones del Odeón y de la OSCE son satisfactorias pero la del Gran Teatro es de una calidad muy por debajo de la categoría de la ciudad en la que vivimos. He sentido tristeza y añoranza al comparar los programas del Gran Teatro y el Principal de Alicante ¡qué diferencia de contenido! Recuerdo con nostalgia la satisfacción que yo sentía cuando los espectáculos que venían a Elche eran los mismos o al menos de igual categoría y calidad que los del Principal, me llenaba de orgullo poder comentar con mis amistades de Alicante: «ya no es necesario desplazarnos a la capital para ver buen teatro». Y no hace tantos años que ocurría que el gran Teatro de Elche ofrecía calidad y competía con la programación del Principal de Alicante.

Sé que se puede argumentar que la programación ya estaba hecha, pero siempre se puede añadir, cambiar, incluir, etc. Alguna parcela que anime al personal y que haga percibir un nuevo aire en el ambiente que tantos ilicitanos estamos esperando respirar. Mas hay cosas que no se pueden achacar al pasado, cosas tales como el diseño de los programas del Odeón y del Gran Teatro, ambos tienen unos defectos o errores inexcusables. Me explico: el programa del Odeón tiene una página con fondo blanco y otra con fondo ocre; pues hay párrafos de la página ocre que no se pueden leer ni con gafas, ¿no se han dado cuenta de ese detalle en la concejalía de cultura? En cuanto al folleto del Gran Teatro, aparte del tamaño y el diseño que son cutres y de baja calidad, hay espectáculos en los que no se da ninguna información técnica, solamente la sinopsis, por ejemplo: Clandestino, Club Fernando Pesoa o Cuento de Navidad. Esos detalles hay que cuidarlos y más si dependen del departamento de cultura.

Sigo mi paseo por la web y me detengo en los museos. La oferta es cero, pues salvo en el MAHE y en el Centro Municipal de Exposiciones, que en este momento hay una exposición temporal en cada uno en el resto, aparte de los fondos del museo, no hay nada programado, o al menos no aparece en la web. Lo mismo ocurre con otros espacios escénicos como L'Escorxador, La Lonja de Altabix, Las Clarisas, La Calahorra, el Palacio de Congresos, la Capilla de la Orden Tercera, etc.

¿No piensa el nuevo gobierno municipal darle vida a esos recintos? ¿Por qué no crear un lugar de encuentro cultural donde la gente se pueda reunir y hacer tertulias, hacer presentaciones de libros, lecturas de poemas, dar conferencias o cualquier otra actividad que no requiera la burocracia administrativa correspondiente y que se pueda utilizar ordenadamente pero con flexibilidad? No conozco al responsable de la concejalía de Cultura pero le pido, en nombre de muchos ilicitanos, que no olvide las pequeñas cosas como la que acabo de mencionar que hacen grande a una ciudad. También le ruego que no dejen perder otras de tanto arraigo ilicitano como La Escuela de Pintura del Hort del Chocolater.

Ante tal desencanto y ante una oferta tan poco apasionante cerré el ordenador y dejé paso a la esperanza de que las cosas mejoren con el paso del tiempo.