Un tema de actualidad lo constituye la decisión del Ayuntamiento de Alicante de no permitir la apertura de comercios los domingos y festivos en la zona centro, concretamente en Maisonnave. Esto da para un debate serio. La avenida de Maisonnave, por su comercio, es uno de los lugares más transitados por turistas y visitantes. La apertura de los comercios ha permitido mantener viva y activa toda la zona centro de la ciudad, propiciando que tanto sus vecinos como los de otras poblaciones cercanas accedan al mismo.

Abrir los domingos, con horarios liberalizados, debe considerarse una cuestión muy importantes a tener en cuenta en una ciudad moderna. Sobre todo cuando nos referimos a dos zonas (Rambla y Maisonnave) donde se aglutina la mayor parte de establecimientos comerciales y ser una zona estratégica para el turismo que entra a la ciudad. Cada día hay más adeptos a la apertura en domingo, pero por encima de eso está la necesidad de constituir una ciudad activa, despierta día y noche, en la que la gente sale constantemente, consume y por lo tanto genera riqueza. ¿Por qué privar a Alicante de esa actividad?

Aumentar el consumo es necesario para la ciudad. Las compras que dejan de hacer los turistas un domingo no se realizarán entre semana, se pierden, del mismo modo que se perderán las visitantes del resto de la provincia que acuden a comprar en domingo. Esto no es difícil de entender.

Recuerdo cuando yo vivía en Elche cómo los alicantinos llenaban la ciudad por la tarde el día de la Santa Faz. España siempre ha sido uno de los países que más le ha costado aceptar la tendencia de abrir los establecimientos en domingo y ahora que ya hemos superado este tema, los de Alicante vamos a dar pasos hacia atrás. Parece que importa poco que se pierda la oportunidad de visitantes a la ciudad y la de compras. Tampoco importa que el ámbito del comercio genere menos ingresos. Entonces, ¿de qué va a vivir Alicante? Si no dispone de polígonos industriales en condiciones, es imposible atraer a las empresas, si los indigentes ocupan las calles, si al turismo le ofrecemos una ciudad con actividad a media vela, no somos capaces de cuidar los visitantes de nuestros pueblos vecinos.

Lo cierto es que deberíamos de tener en cuenta la queja de los pequeños comerciantes, aquellos a los que no les beneficia abrir sus puertas en festivo. En unos casos, porque no disponen de medios económicos para ampliar el número de empleados y en otros porque aunque abrieran los establecimientos, no les aportaría rentabilidad. Cuando hablamos de zonas comerciales, como Rambla o Maisonnave, nos referimos a locales cuyos alquileres o precios de compra son intocables, quizás por ser el mejor punto de la provincia. Por eso solo tienen acceso firmas ya establecidas tales como El Corte Inglés o grupo Inditex, etcétera, que pueden afrontar estos desembolsos. Para ellos es una línea de negocio en esos lugares donde casi no hay presencia de pequeños establecimientos. Otra queja es la de los empleados de grandes centros comerciales que están indignados por tener que trabajar en domingo y alegan que los beneficios que pueda obtener la empresa no compensan con lo penoso de los horarios en día festivo. A lo mejor es que trabajan con contratos basura, no están bien pagados o les están obligando a trabajar los domingos. ¿Por qué no se manifiesta la gente a favor de que se abra los festivos? ¿Por qué solo se manifiestan en contra los trabajadores o los autónomos?

Creo que hay que sopesar todos los puntos de vista. Soy abogada y en ocasiones he tenido que trabajar forzosamente algún domingo y no me gusta. Por esa razón, comprendo que haya gente que no quiera trabajar en festivo salvo que se lo paguen bien y merezca la pena. A los consumidores, en general, les gusta la libertad de horarios, no sólo en los comercios, les gustaría también que organismos públicos, funcionarios y profesionales estuvieran a su servicio los días festivos.

¿Por qué se toman este tipo de decisiones políticas? ¿No será porque influye en el voto de los ciudadanos? Alicante es una ciudad con vida, no la apaguen por favor.