El próximo 7 de noviembre se celebrará en Madrid una manifestación a nivel estatal contra la violencia machista. Con ella culminan toda una serie de denuncias y propuestas encaminadas a combatir esta lacra social que afecta a nuestra sociedad.

Será, sin duda, una etapa más en esta larga batalla en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Pero es una acción necesaria, como tantas otras que se han hecho y que quedan por hacer. La gravedad del problema nos exige soluciones. Los datos de muertes por violencia de género son inadmisibles, como también lo es una realidad que, día a día, nos muestra las dificultades por las que pasan un gran número de mujeres a la hora de reclamar esa igualdad que los textos legales proclaman.

A 30 de octubre actual, según datos oficiales, 38 mujeres han muerto a manos de sus parejas o exparejas, aunque hay otros 5 casos que se están investigando porque podrían añadirse a esa cifra. De ellos tan sólo en siete casos se había presentado denuncia previa y en cuatro se había solicitado protección. En dos casos se mantenían las medidas de protección en vigor aunque, lamentablemente su quebrantamiento se había hecho con conocimiento de las víctimas. Exceso de confianza o creencia en una falsa rehabilitación que no se había producido.

Es muy preocupante que en más del 80% de los casos no existiera denuncia previa. Ello obliga a intensificar las medidas de información y sensibilización a toda la sociedad. Las posibles víctimas deben conocer, y poder confiar, en los recursos públicos para denunciar su situación y conseguir protección adecuada. Debe mejorarse el personal y los medios destinados a ello pero, especialmente, debe aumentar la sensibilización ante este problema.

Es una situación enquistada. Desde el 1-1-2003 a 30-9-2015 han muerto 798 mujeres en España por violencia de género. En 2014 murieron 54 y, en estas fechas, ya habían sido asesinadas 44. Igual en 2013 o 2012. Sólo en el País Valencià han muerto ya 6 mujeres este año, un 15,8% del total, cantidad que supera nuestro porcentaje sobre la población estatal.

En cuanto a los agresores hay que decir que, en once casos se han suicidado, en otros cuatro lo han intentado y fallaron (lástima que no fallaran a la hora de asesinar) y los restantes veintitrés ni siquiera lo intentaron.

De enero a junio de 2015 se han presentado 62.316 denuncias por violencia de género y se han solicitado 17.648 órdenes de protección. De ellas se han resuelto favorablemente 9.948 (56%), y se han denegado o no admitidas 7.701 (44%). En un caso mortal reciente, en Tenerife, no se había aprobado su aplicación. Hay que aumentar las garantías ante estos casos.

Las cifras reflejan, aunque sea en parte, el grave problema existente. Todos los años se presentan más de 125.000 denuncias. Existen más de 16.300 mujeres que reciben protección policial por ello. El número de internos en prisión, por este motivo, es de 6.168 a 30-9-15 y existen otros 741 casos con dispositivos electrónicos de seguimiento.

Si a esta situación añadimos el dato de una macroencuesta sobre Violencia contra la Mujer 2015 recientemente publicada, en la que se nos dice que una de cada cuatro adolescentes sufre acoso por parte de novios o amigos, tanto a nivel físico como, fundamentalmente, a través de la Red y que, encima, una buena parte lo ve casi normal, es que algo está fallando y de forma estrepitosa. Tampoco parece muy ejemplar juicios como el del antiguo número dos de Canal 9 y expresidente del PP en Valencia que, a pesar de admitir abusos a tres periodistas elude la cárcel pagando una multa de 15.696 euros y con una condena de indemnización por 210.000 euros que, probablemente pagará RTVV como responsable civil subsidiaria. Demasiada benevolencia que crea pésimos precedentes.

Hay mucho que mejorar, a estas alturas de siglo no se pueden admitir comportamientos tan desfasados como los descritos. El día 7 es la manifestación en Madrid pero todos los días hay que estar movilizados ante esta lacra.