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Francisco José Benito

Un millón de mayores cabreados

Un millón de jubilados españoles cabreados porque todavía no han recibido la carta que les acredita para viajar con subvención del Gobierno este invierno no es una buena carta de presentación para iniciar la carrera por continuar en la Moncloa. Este es uno de los escenarios negativos en los que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, inicia hoy la precampaña electoral, debido al retraso en la solución a la adjudicación de las vacaciones del Imserso. Un tema que se le ha ido de las manos al Ministerio de Asuntos Sociales y en el que el PP se juega un millón de votos, porque los pensionistas son de los que votan y votan el momento, lo inmediato, y unas vacaciones en Benidorm suponen uno de los alicientes que les quedan a miles de mayores una vez que superan los 65 años. Ayer, el operador de estas vacaciones durante los últimos 25 años, Mundosenior, dio el penúltimo paso, este judicial, para bloquear el programa y que su rival, Iberia, se quede sin su parte del pastel. El paso adelante dado por Juan José Hidalgo, propietario de Globalia, llena de sombras el futuro de un programa que lleva ya un mes de retraso y que en la Costa Blanca se ha cobrado ya las primeras víctimas en forma de trabajadores, hoteles cerrados y 15 millones de euros de facturación perdidos por el mes de retraso. Los hoteles que han cerrado en noviembre difícilmente abrirán en diciembre o en enero, el mes con menor ocupación del año. Negro futuro pues para un sector, el turístico, harto de los palos que le ponen en el camino. Negro futuro para 12.000 trabajadores y negro futuro para los mayores, que no se merecen que les hagan esta faena. Las vacaciones del Imserso necesitan una profunda reforma, nadie lo discute, pero ese es otro asunto.

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